WASHINGTON.— Estados Unidos seguía ayer en estado de conmoción por la aparición del primer caso de ébola (y tal vez de un segundo), lo que ha lanzado a un grupo de expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) a la caza de posibles afectados que tuvieron contacto con el paciente que el pasado 20 de septiembre llegó de Liberia para ser diagnosticado ocho días después con la enfermedad del temido virus.

A pesar de que el director de los CDC, Thomas Frieden, ha asegurado que no existe el riesgo de contagio, su equipo de especialistas trabajaba a contrarreloj para tratar de identificar a potenciales sospechosos de esta enfermedad.

Funcionarios del Departamento de Salud de Dallas reconocieron que la cifra de personas estuvieron en contacto con el enfermo —al que la agencia Associated Press y un amigo de la familia identificaron como Thomas Eric Duncan y quien hoy está aislado y en una unidad de cuidados intensivos—, se eleva a 20 —incluyendo cinco niños—, lo que ha obligado a los especialistas del CDC a buscar a estas personas para hacer los análisis pertinentes.

El doctor Zachary Thompson, director del Servicio de Salud del condado de Dallas, dijo ayer que “hay un caso confirmado y puede haber un según do, que es alguien cercano a este paciente”.

“Las posibilidades de contagio a nivel nacional son muy bajas”, aseguró Frieden, quien dijo que no se puede comparar la infraestructura hospitalaria y los protocolos de actuación de las autoridades sanitarias en EU con el calamitoso estado de la red hospitalaria en Liberia, Sierra Leona y Guinea, los tres países de África occidental que hoy son fuente del peor contagio de ébola en la historia de este virus mortal, que se ha cobrado la vida de al menos 3 mil 338 personas, de los 7 mil 178 casos confirmados.

Pese a que las autoridades sanitarias de EU subrayan que el riesgo de expansión del contagio es muy bajo, la revisión del caso del primer infectado, que llegó desde Liberia el 20 de septiembre —tras una escala en Bruselas—, se ha convertido en motivo de preocupación para quienes consideran que la red hospitalaria de Texas no actuó con la suficiente eficacia y premura a la hora de diagnosticar al primer enfermo de ébola en EU.

Según reconoció el Hospital Presbiteriano de Dallas, Texas, el paciente afectado se presentó el 26 de septiembre en la unidad de urgencias del Hospital Presbiteriano de Dallas, Texas, con molestias y fiebre que los médicos diagnosticaron como una posible enfermedad viral de escaso riesgo, por lo que le recetaron antibióticos y lo enviaron a casa. Dos días más tarde, el paciente regresó al hospital y fue ingresado a una unidad de cuidados intensivos y aislada. Dos días más tarde, los laboratorios confirmaron que se trataba del primer caso de ébola en EU.

Un vecino de Thomas Eric Duncan dijo que éste fue visto vomitando en el suelo afuera de un complejo de departamentos mientras era subido a una ambulancia. “Toda su familia estaba gritando. Él salió y estaba vomitando por todas partes”, dijo el residente Mesud Osmanovic, de 21 años, describiendo la caótica escena antes de que el hombre fuera internado el domingo en Hospital Presbiteriano.

Ante la inquietud que desató la noticia —los principales índices de la bolsa de Nueva York perdieron ayer más de 1% tras conocerse el diagnóstico—, el gobernador de Texas, Rick Perry, compareció ante la prensa y aseguró que las posibilidades de contagio son mínimas.

Especialistas de los CDC en Atlanta, Georgia, insistieron en que la fase de contagio del ébola se produce una vez que el afectado presenta los síntomas de la enfermedad. El tiempo de incubación del virus es de 21 días, lo que dificulta la detención temprana del afectado como ocurrió con el paciente que llegó de Liberia.

Ayer mismo se dio a conocer que por primera vez un colaborador de Naciones Unidas murió la semana pasada a causa del ébola en Liberia. (Con información de agencias)