Sao Paulo.— El escándalo por el desvío de fondos en la estatal Petrobras se coló con fuerza en la víspera de las elecciones cuando el gestor Alberto Yousseff, detenido y acusado de ese delito junto a varios funcionarios, declaró ante la Justicia que tanto el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva como la actual mandataria y candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, “estaban al tanto de todo”.

La denuncia, realizada el pasado martes ante la Policía Federal de Curitiba, capital del estado de Paraná y publicada en la última edición de la revista Veja, sacudió todas las estructuras políticas, justo cuando la presidenta aparece en las encuestas seis puntos por encima de su rival, el candidato socialdemócrata Aécio Neves, y marcó el inicio del último debate entre los candidatos que tuvo pasajes por demás calientes.

El testimonio de Yousseff, quien acordó com las autoridades “la colaboración voluntaria”, es el de más alto voltaje desde que se desató el escándalo. El gestor dijo estar en condiciones de “brindar pruebas e información sobre por lo menos 20 cuentas bancarias en paraísos fiscales a donde el PT desviaba los fondos para financiar campañas y pagar” favores políticos.

La reacción de la presidenta Rousseff no se hizo esperar y en su última aparición televisiva en el espacio electoral gratuito, le dedicó unos cuantos minutos a cuestionar la filtración de la denuncia y advirtió que Veja y sus cómplices deberán responder ante la Justicia por “este acto de terrorismo”.

“No me puedo callar ante un acto de terrorismo electoral articulado por la revista Veja y sus socios ocultos”, dijo la mandataria, quien se quejó de que la publicación “acusa al presidente Lula de haber articulado todo sin presentar ninguna prueba concreta...” Según la jefa de Estado, “cada vez que el PT va al frente en las encuestas, la revista intenta desesperadamente influenciar en el resultado, con la salvedad de que esta vez no quedará impune”.

Una vez conocido el testimonio, los partidos de la oposición representados en el Congreso presentaron ante la Procuraduría General de la República el pedido de una investigación contra Lula y Dilma, según lo manifestó el diputado opositor Mendonca Filho. “Las acusaciones son de una gravedad extrema y se deben investigar. La presidenta y el ex presidente deben responder ante la Justicia”, aseguró Filho.

A lo largo de una campaña con los ánimos por demás caldeados, tanto entre los dirigentes como entre los militantes y simpatizantes en la calle, el último debate anoche, en el que Rousseff se mostro particularmente nerviosa, tuvo cruces y acusaciones mutuas sobre todo por la corrupción en Petrobras. Ahora, los brasileños y los indecisos parecen tener la última palabra de lo que pasará mañana en las urnas.