Entrevista. "No se puede comparar a Venezuela con una dictadura"
UNASUR. De acuerdo con el político, la unión acompaña y asesora el diálogo iniciado por Nicolás Maduro. (Foto: LEO MORALES / EL UNIVERSAL )
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Para Héctor Timerman, canciller argentino, los problemas de derechos humanos que han ocurrido en Venezuela no son comparables a los que sufrieron las dictaduras de América del Sur durante los años setenta. Y agrega: “En todos los países siempre hay problemas con los derechos humanos. Es parte natural del proceso”.
Entrevistado por EL UNIVERSAL durante su visita a México, el experimentado político y periodista explica que el papel de la Unasur en la crisis venezolana no ha sido el de mediador, sino sólo “para acompañar, apoyar y asesorar en un diálogo” que el presidente Nicolás Maduro “ya inició”.
Después de la visita de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en días pasados a Venezuela, ¿qué tan conciliador ve al presidente Maduro?
Maduro es una persona que ha apostado al diálogo. Es una persona que entiende que el gobierno venezolano y el pueblo venezolano merecen el respeto de los demás países y también de los propios venezolanos, y exige el respeto a su soberanía y la no injerencia en sus asuntos. He visto al presidente Maduro, así como al presidente Chávez, siempre en una actitud dialoguista. Dialogar no implica consensuar, no implica abdicar.
¿Siente que en Venezuela ha habido violaciones a los derechos humanos durante los conflictos de las últimas semanas?
En todos los países siempre hay problemas con los derechos humanos; es parte natural del proceso. No es lo mismo una dictadura que una democracia, sin embargo, las instituciones que funcionan en una dictadura, o bien no funcionan en dictadura, funcionan a veces en democracia; a veces no funcionan de la manera en que uno quisiera que funcionen. Para un activista de derechos humanos nunca alcanza y me parece bien. El activista de derechos humanos quiere que cada día haya un reconocimiento a los derechos humanos y yo apoyo esa posición de los organismos de derechos humanos. También creo que es importante investigar toda denuncia y que no toda denuncia debe ser utilizada políticamente, pero sí me parece que si hay una denuncia tiene que haber una investigación y si hay una violación tiene que haber un castigo.
¿Existe voluntad del gobierno venezolano para hacer perseguir las violaciones a derechos humanos?
El propio presidente Maduro anunció la creación de una oficina para recibir todas las denuncias de violación a los derechos humanos. Las instituciones del gobierno son las que deben garantizar el respeto a los derechos humanos. No podemos hablar de que en Venezuela los problemas de derechos humanos son comparables a los que sufrieron las dictaduras de América del Sur durante los años setenta. Llamar al gobierno venezolano una dictadura igual que la dictadura de (Jorge Rafael) Videla, me parece que inclusive desmerece a quienes utilizan esa comparación.
¿La mediación que está haciendo la Unasur es para que no se ponga en riesgo la democracia en aquel país?
Sí claro. Es importante que se sepa que no hay una mediación. Fuimos invitados por el gobierno del presidente Maduro para acompañar, apoyar y asesorar en un diálogo que él ya inició y del que muchos miembros de la oposición son parte. Lo que sí, es que nos reunimos con la oposición que no participa en la mesa del diálogo para escuchar por qué no lo hacen y cómo podríamos hacer para que se incorporen. No estamos intermediando.
¿Cómo ve usted el papel que ha tomado la OEA porque hasta hoy no ha actuado?
Le ha dado largas. La OEA tiene sus normas y sus regulaciones. Es un organismo que se maneja por el voto de la mayoría, por consenso. Pero no está paralizada.
¿Cómo siente usted que ha sido el papel de México frente al conflicto venezolano?
No opino sobre el rol o la apreciación que hacen otros gobiernos. Respeto todo lo que hace un gobierno extranjero, precisamente un gobierno como el de México, un gobierno democrático, un gobierno de respeto a los derechos humanos.
Sobre Argentina, se ha mencionado mucho por parte de la presidenta Cristina Fernández que la comunidad internacional está teniendo un doble estándar al cuestionar el plebiscito realizado en Crimea que favoreció a los rusos, sin embargo se está avalando el realizado por los “kelpers” (habitantes de las Islas Malvinas). ¿Sienten que hay una doble moral?
Muchos países del mundo, especialmente los más desarrollados, no han hecho lo suficiente para resolver un conflicto que lleva más de 100 años, casi 180 años, que la ONU reconoce como un conflicto especial de colonialismo. Las Naciones Unidas han aprobado 40 resoluciones convocando a Gran Bretaña a que se siente a la mesa a dialogar con la República de Argentina y eso hace a la necesidad de que la comunidad internacional se exprese, precisamente los países más poderosos, y eso no ha ocurrido.
Crimea pone un antecedente hacia cómo se debería de ver el asunto de las Islas Malvinas. Me refiero al plebiscito: uno lo acepta y el otro, no.
Lo que pasa es que el plebiscito es un asunto interno de Ucrania, en cambio el plebiscito en las Malvinas es un plebiscito ilegal, porque al estar las Malvinas bajo el paraguas de las Naciones Unidas, no se puede hacer un plebiscito; no tiene ningún valor.
¿Buscarán el apoyo de otras naciones en la materia?
Nosotros tenemos el apoyo de toda África, de toda Asia, de toda América Latina y de El Caribe. Tenemos el apoyo de casi el 90% del mundo. Inglaterra es una potencia mundial y la Argentina no, o sea, ningún país que no sea una potencia nuclear podría vivir con 40 resoluciones de las Naciones Unidas negándolas e ignorándolas. ¿Por qué hay que ignorar 40 resoluciones de las Naciones Unidas y aceptar otras resoluciones porque son planteadas por las potencias nucleares?
¿Se debería de buscar un apoyo internacional no sólo para Las Malvinas, sino para todas las demás colonias?
Todas las demás colonias están trabajando. Argentina empezó esta campaña en 1823 y la vamos a continuar hasta que Inglaterra acepte cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas de una solución pacífica del conflicto y que acepte que es una colonia y que hay que respetar la integridad territorial de nuestro país.
¿La anexión de Crimea a Rusia fue conforme a derecho?
Nosotros ya hemos votado en las Naciones Unidas, hemos dicho las razones. Estamos en contra de toda violación a la integridad territorial de un país, estamos en contra de volver a una situación de la época de la Guerra Fría o de las disputas entre los bloques. Lo importante es que tanto Ucrania y Rusia se sienten a resolver pacíficamente su conflicto.