En el limbo, plan para resolver crisis migratoria
FIRMES. Líderes religiosos y activistas protestan frente a la Casa Blanca contra la política de deportaciones del presidente estadounidense Barack Obama. (Foto: YURI GRIPAS / REUTERS )
WASHINGTON.— En medio de una revuelta de su sector más radical, el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes se vio ayer obligado a posponer el inicio de su receso legislativo, a partir de este viernes, para tratar de conjurar la amenaza de una fractura partidista y sacar adelante los fondos de emergencia por 659 millones de dólares para que el gobierno haga frente a la crisis humanitaria provocada por los menores no acompañados que llegan a Estados Unidos huyendo de la violencia en Centroamérica.
Tras una frenética ronda de contactos, los líderes republicanos tuvieron que cancelar los planes de viaje de muchos de sus congresistas y dijeron que permanecerán en Washington hasta alcanzar un consenso que permita sacar adelante una iniciativa que se ha convertido en motivo de una intensa lucha partidista y en la mejor apuesta para tratar de recortar los poderes de la Casa Blanca en el manejo de una crisis humanitaria en la frontera.
“Nos vamos a quedar hasta que se produzca un voto”, aseguró el presidente del comité de supervisión gubernamental, Darrel Issa.
La decisión de aplazar el inicio del receso en la Cámara de Representantes se produjo luego de que, por falta de votos necesarios, se tuvo que cancelar la votación de la iniciativa impulsada por el líder de la mayoría republicana, John Boehner, para recortar a 659 millones de dólares los fondos de ayuda para hacer frente a la crisis de la frontera y condicionarlos al envío de un mayor contingente de la Guardia Nacional y la enmienda a la denominada ley de Wilberforce de 2008 que protege a los menores de edad de Centroamérica de las redes de traficantes de personas y de un proceso de deportación exprés.
La cancelación del debate y la votación dejó en el limbo la petición de la Casa Blanca que, apenas el 8 de julio, demandó unos fondos de emergencia por 3 mil 700 millones de dólares.
La falta de apoyos a la iniciativa impulsada por Boehner se produjo luego de la petición de un grupo de republicanos que apostaban por una iniciativa mucho más extrema. Este grupo, vinculado al sector más radical del Tea Party, decidió aliarse con el senador por Texas, Ted Cruz, a favor de adicionar una cláusula que impida expandir y elimine los fondos del Programa de Acción Diferida (DACA) que nació de una orden ejecutiva del presidente Barack Obama para aliviar la situación migratoria de más de 600 mil hijos de indocumentados.
“Ted Cruz y un puñado de legisladores han secuestrado al partido”, aseguró ayer el republicano por Nueva York, Peter King.
Para empeorar las cosas, en el Senado —de mayoría demócrata— una legislación muy distinta para gastar 2 mil 700 millones de dólares con el fin de atender la crisis fronteriza no fue aprobada en una votación como se esperaba, y los senadores se preparaban para irse de receso. Así, incluso si la Cámara Baja tiene éxito en aprobar hoy un proyecto de ley, no hay posibilidades de que se alcance un acuerdo que permitiera enviar la legislación al escritorio de Obama, que debe firmarla.
De no conseguirse nuevos recursos, el Departamento de Seguridad Interna (DHS) tendrá que realizar malabares financieros para cubrir el déficit que ha traído consigo esta crisis humanitaria en la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Protección Fronteriza (CBP). Según reconoció el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, las oficinas de ICE al frente de la campaña para afrontar la crisis se quedarán sin fondos a mediados de agosto.
Mientras tanto, unos 500 líderes de organizaciones religiosas, activistas e indocumentados participaron en una protesta frente a la Casa Blanca. Entre denuncias contra las propuestas que implican tratar a los niños de Centroamérica como unos criminales y no como unos refugiados, unas 130 personas que hicieron una “sentada” fueron arrestados, mientras simpatizantes rezaban o coreaban consignas de apoyo.
“Es vergonzoso que se trate a niños como criminales. Que no se les reconozca su condición de refugiados cuando llegan a la frontera de Estados Unidos huyendo de la violencia en sus países. Es necesario que nosotros elevemos la voz en su nombre y que el presidente haga valer su autoridad moral para protegerlos”, consideró la ministra de la Iglesia metodista, Minerva Carcaño, una de las líderes religiosas arrestadas frente a la Casa Blanca.
Entre los grupos religiosos que se manifestaron ayer estaba un grupo proveniente de estados como Texas. adonde las organizaciones humanitarias y religiosas se han volcado para enfrentar una crisis humanitaria que ha desbordado a las autoridades estatales y federales. (Con información de AP)