El Papa pide acabar con el "crimen" del tráfico de personas
CRUZADA. El papa Francisco arriba a la conferencia sobre tráfico de personas. (Foto: AP )
CIUDAD DEL VATICANO (Agencias).— El papa Francisco se reunió ayer con cuatro ex prostitutas y condenó la trata de personas que sufrieron estas mujeres, un delito que calificó de “un castigo al cuerpo de Cristo”.
Las mujeres, que viven bajo protección policial después de reportar a las autoridades los abusos que sufrían, llegaron al Vaticano desde Argentina, Chile, Hungría y República Checa.
Después de mantener una audiencia privada con estas mujeres, Francisco se reunió con autoridades de seguridad y de la Iglesia, que participaron en una conferencia en el Vaticano sobre la trata de personas organizada por los arzobispados británico y galés.
“El tráfico de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, un castigo al cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad”, manfiestó el Pontífice.
El Papa dijo “basta” al tráfico de personas, mientras que autoridades de policía y grupos religiosos de todo el mundo se comprometieron a trabajar juntos para combatirlo.
Francisco se dirigió a la sesión final de una conferencia de dos días auspiciada por el Vaticano sobre el tráfico de personas, a la que asistieron importantes autoridades de las agencias de la ley, políticos y representantes de religiones.
Apartándose de su discurso preparado, Francisco dijo que había muchas “personas de buena voluntad que quieren gritar ‘basta’ al tráfico de personas”.
Los participantes incluían a la ministra del Interior británica, Theresa May; al secretario general de Interpol, Ronald Noble; el jefe de la Policía Metropolitana de Londres, Sir Bernard Hogan-Howe; y activistas contra el tráfico de personas de todo el mundo, en gran parte monjas.
Según un informe de octubre de la organización de caridad Walk Free Foundation, casi 30 millones de personas viven en la esclavitud en todo el mundo, muchos de ellos hombres, mujeres y niños traficados por grupos como trabajadores sexuales y mano de obra no calificada.
Francisco advirtió además que la dictadura del pensamiento único, que “mata la libertad de los pueblos y de las conciencias”, aún está presente en la sociedad, por lo que es necesario “orar y permanecer vigilantes”.