JERUSALÉN.— Con el declarado objetivo de “destruir los túneles del terrorismo” —en referencia a los túneles subterráneos cavados por Hamas desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí— el gobierno de Benjamin Netanyahu aprobó anoche por unanimidad el comienzo del operativo por tierra. La situación a la que parecía no se quería llegar, pero que en los últimos días se iba acercando cada vez más, es ahora un hecho.

Tropas de Infantería, Cuerpo de Ingenieros y blindados entraron a la Franja de Gaza por el norte, centro y sur, intensificando seriamente sus ataques contra blancos de Hamas. Además, el gabinete de seguridad aprobó la movilización de otros 18 mil reservistas. Días atrás se había dado la autorización para la movilización de 48 mil, de los cuales 40 mil ya están en sus puestos.

Un portavoz militar israelí dijo que no se intentaba derrocar al movimiento islámico Hamas, que gobierna Gaza. Ese objetivo implicaría un movimiento hacia la densamente poblada Gaza, donde la guerra urbana podría resultar costosa para ambos bandos.

Antes de la incursión, aviones israelíes bombardearon una casa en la ciudad de Gaza. Ashraf al Qedra, portavoz de emergencias de la Franja, dijo que tres niños de una misma familia —dos hermanos de 7 y 8 años y un primo de 10— perdieron la vida en ese ataque, al impactar un misil en el barrio de Zaitum mientras ellos jugaban.

Una cuarta niña falleció en otro ataque israelí sobre la localidad meridional de Jan Yunis, una de las más castigadas por la ofensiva. Con estas muertes, son ya 240 los palestinos fallecidos en los diez días de operación aérea israelí sobre Gaza, 49 de ellos niños y menores de edad.

Hamas prometió que Israel pagará “un precio muy alto” por la incursión terrestre. Ya antes de empezar la nueva fase en el operativo israelí “Margen Protector”, la jornada había estado plena de violencia. En Israel cayeron más de 100 misiles lanzados desde Gaza y por su parte, Israel siguió atacando en Gaza, especialmente en el norte.

Fuentes palestinas dijeron que 10 personas murieron durante el día, entre ellos 7 niños. Esta mañana continuó el ataque con cohetes palestinos a territorio israelí.

Desde El Cairo, el presidente palestino Mahmud Abbas —que participa en los por ahora infructuosos esfuerzos por lograr un alto el fuego— dijo que temía que esto sucediera y que el operativo por tierra agrave la situación, por lo que llamó a detenerlo. Por su parte, el canciller de Egipto declaró que Hamas es responsable por la situación.

Ayer, la UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados, reveló haber encontrado misiles escondidos en una de sus escuelas en Gaza, alegando que era “la primera vez que sucedía algo así”, aunque Israel dice que es una práctica común de Hamas. La ONU aclaró que “esta es una violación flagrante de la inviolabilidad de sus instalaciones bajo el derecho internacional”, agregando que el incidente “puso en peligro a civiles, incluyendo al personal, y arriesgó la misión vital de la UNRWA de asistir y proteger a los refugiados de Palestina en Gaza”.

En los últimos días, debido al fracaso de la tregua y la intensificación del disparo de los misiles hacia Israel por parte de Hamas, la sensación en Israel era que el operativo terrestre —que el gobierno de Netanyahu era muy renuente a hacer— se estaba acercando y parecía más probable.

Pero lo que parece haber decidido definitivamente al gabinete de seguridad a aprobarlo en forma unánime, fue un hecho registrado ayer de madrugada, cuando 13 hombres armados de Hamas fueron detectados por la unidad de observadoras de la frontera en la parte sur de Gaza, mientras salían de un túnel subterráneo cavado desde la franja, que se había adentrado 200 metros en territorio israelí.

Todo indica, dijeron fuentes militares, que su intención era perpetrar un atentado espectacular en el aledaño kibutz Sufa, y quizás también secuestrar a civiles o soldados israelíes. (Con información de agencias)