LONDRES (Agencias).— Un video divulgado ayer en internet muestra a un combatiente del grupo Estado Islámico (EI) decapitando al rehén británico Alan Henning y amenazando a otro rehén estadounidense, el cuarto asesinato de este tipo perpetrado por el grupo extremista que ahora es blanco de ataques aéreos comandados por Estados Unidos.

El taxista de 47 años de Manchester estaba en manos de sus secuestradores desde diciembre de 2013, cuando viajaba con un convoy de ayuda para refugiados sirios.

Los terroristas del EI lo habían presentado previamente en un video que mostraba el asesinato del británico David Haines. El primer ministro británico David Cameron tachó de “bárbaros y repugnantes” a los asesinos de Henning.

Hace unos días, Barbara Henning, la esposa del británico, había pedido al EI que lo liberase.

La grabación termina con un combatiente de EI que amenaza a otro rehén, identificado como el estadounidense Peter Kassig. “Obama, usted ha iniciado su bombardeo aéreo de Shams (Siria), sigue golpeando a nuestro pueblo, así que es apenas correcto que nosotros ataquemos el cuello de su gente”, dice, en un mensaje al presidente de EU, Barack Obama, quien calificó de “detestable” el asesinato de Henning.

Ayer mismo, el Pentágono informó de la primera muerte de un soldado estadounidense en la misión contra la milicia terrorista EI en Irak y Siria. El marine desapareció en el mar tras saltar el jueves desde un avión para el transporte de tropas V-22 Osprey sobre el Golfo Pérsico cuando parecía que la máquina iba a estrellarse.

Otro soldado también saltó del avión pero fue rescatado, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, en una conferencia de prensa, expresando su solidaridad con los familiares del uniformado. “Todas las misiones militares son claramente peligrosas”, afirmó.

Kirby añadió que el piloto del avión pudo controlar la máquina y hacerla aterrizar de forma segura.

La coalición liderada por EU contra el EI está llevando a cabo ataques aéreos contra las bases de artillería de los yihadistas en las afueras de la localidad kurda de Kobane, tras la peor ofensiva lanzada hasta ahora por la milicia islámica contra la ciudad siria. “Los ataques aliados destruyeron puestos de artillería y vehículos militares de los terroristas (del EI) del lado este de Kobane”, dijo Idris Nassan, viceministro del Exterior de la región autónoma de Kobane.

La caída de Kobane —la más pequeña de las tres regiones autónomas kurdas creada el año pasado por el Partido de la Unión Democrática (PYD) kurdo y sus aliados— daría al EI el control de una gran parte de la frontera siria con Turquía.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, desde primera hora del día los extremistas lanzaron unas 80 granadas contra Kobane (Ain al Arab, en árabe). Se trata de los peores ataques desde el inicio de la ofensiva contra la ciudad, a finales del mes pasado. Los kurdos de Kobane habían pedido previamente a EU que aumente los bombardeos contra el grupo terrorista.