EL CAIRO (Agencias).— El jefe del ejército egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, dio ayer la señal más clara hasta ahora de su interés en convertirse en presidente, una posibilidad que regresaría el país a los tiempos en que el poder estaba en manos de militares.

“Si yo compito, debe ser a solicitud de la gente y con un mandato de mi ejército (...), trabajamos en una democracia”, dijo Al-Sisi en un seminario del ejército en El Cairo.

En julio, el ejército de Sisi derrocó al primer líder elegido en democracia, el islamista Mohamed Mursi, luego de masivas protestas contra su gobierno.

Los Hermanos Musulmanes (HM), que apoyan a Mursi, acusan al ejército de armar un golpe de Estado y se han manifestado reclamando la reinstalación del gobierno derrocado. Las protestas han sido duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.

Egipto realizará un referendo para una nueva Constitución los días 14 y 15 de enero, un hito dentro del mapa de ruta que trazó el ejército al derrocar a Mursi y que se espera despeje el camino para las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Analistas ven poco probable que Al-Sisi anuncie planes de postular a la presidencia antes de que se complete el referendo, que marcará la primera vez que los egipcios votan desde la elección de Mursi.

Al-Sisi instó a los egipcios a asumir “la responsabilidad nacional y acudir a votar en el referendo nacional para corregir la senda política y para construir un Estado democrático moderno.

Pocos dudan que Al-Sisi ganaría las elecciones. El último militar en gobernar Egipto fue Hosni Mubarak, quien tuvo que dejar el poder en 2011 en medio de protestas masivas y quien hoy es acusado de ordenar el asesinato de manifestantes.