LA HABANA.— Bajo el principio de “unidad en la diversidad”, la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se realizará hoy y mañana en La Habana para consolidar un foro político continental que, con la exclusión de Estados Unidos y Canadá, debatirá sobre los más viejos problemas del área: pobreza, exclusión social y hambre.

Con esta cita Cuba busca consolidar su presencia en los foros regionales. En ese sentido, el secretario de la Organización de Estados Latinoamericanos (OEA), José Miguel Insulza llegó ayer a La Habana en una histórica visita, dado que la organización no mantiene relaciones con la isla desde hace cinco décadas.

Insulza participará en la cumbre regional. Siguiendo “la cortesía” que le corresponde como anfitrión de la cumbre de la CELAC, Cuba invitó a Insulza, quien aceptó la oferta convirtiéndose en el primer secretario general de la OEA en llegar a la isla. En 1962, la OEA suspendió la membresía a Cuba, restricción que levantó en 2009. pero Cuba rechazó volver al mecanismo.

Tras la fotografía oficial con sus colegas latinoamericanos y caribeños, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, declaró ayer que hay un “extraordinario nivel de avenencia” entre las 33 comitivas. “Estamos completos y en armonía”, dijo desde la tarima en la que posó con sus homólogos, en la jornada en que presidió el encuentro con los cancilleres de la región.

Con unos 164 millones de personas azotadas por la miseria (27% de la población de CELAC), el factor social está en el centro del debate. Los cancilleres revisaron ayer los documentos acordados por sus asesores técnicos, en sesiones efectuadas en esta capital del viernes al domingo anteriores, y que hoy y mañana serán aprobados por los gobernantes.

“Nunca había estado en una reunión más apacible, de mayor armonía y coincidencia que esta”, dijo Rodríguez. La “Declaración de La Habana”, que contendrá la parte esencial de los acuerdos, y pronunciamientos específicos, como la soberanía argentina en las islas Malvinas, está ya prácticamente lista para refrendo de los gobernantes, añadió.

En un paraguas de diversidad ideológica, la Cumbre reunirá a gobiernos que, como Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Nicaragua, entre otros, mantienen posiciones históricamente antagónicas con Estados Unidos, a cuyo gobierno acusan de que aplicar por décadas política intervencionista y de violación a la soberanía de latinoamericanos y caribeños. En el mismo recinto hay gobiernos que, como México, Colombia, Chile, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Panamá, Paraguay, Honduras y República Dominicana, son aliados de Washington.

Una declaración clave será sobre Puerto Rico y su eventual incorporación a CELAC, aunque sea un “Estado libre asociado” a Estados Unidos. La descolonización “ha concentrado la mayor atención”, precisó Rodríguez.

La Cumbre consolida la presencia cubana en el escenario diplomático regional, pese a que, desde hace más de 52 años, Washington impulsó su aislamiento en América Latina y el Caribe. Aunque Cuba ha sido sede de cumbres de los países “no alineados”, de naciones del sur e iberoamericanas, por primera vez reúne a sus vecinos latinoamericanos y caribeños.

Ayer, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró con su par cubano, Raúl Castro, una terminal de contenedores en el puerto de Mariel, en el marco de una coinversión a la que brasil aportó 800 mdd. “La realización de la cumbre... en La Habana evidencia la importancia de Cuba en el proceso de integración latinoamericano y caribeño”, expresó Rousseff. “Solamente con Cuba nuestra región estará completa”, dijo en alusión la OEA.

El gobierno de Ecuador anunció ayer que el presidente Rafael Correa se reunirá con sus pares de México, Enrique Peña Nieto, y Colombia, Juan Manuel Santos. (Con información de agencias)