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Crisis internacionales tiran a jefe del Pentágono

J. Jaime Hernández Corresponsal| El Universal
Martes 25 de noviembre de 2014

Video. La renuncia de Chuck Hagel es la primera de un miembro del gabinete tras las elecciones legislativas del 4 de noviembre en la que los republicanos lograron mayoría en ambas cámaras del Senado

Crisis internacionales tiran a jefe del Pentgono

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, luego de presentar su renuncia ante el presidente Barack Obama, el lunes en la Casa Blanca. (Foto: MICHAEL REYNOLDS. EFE )

Medios dicen que la dimisión de Chuck Hagel obedece a la fallida estrategia frente al Estado Islámico y el conflicto con Rusia por Ucrania

Washington.— En medio de versiones encontradas, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, presentó ayer su dimisión, con lo que se convirtió en la primera víctima colateral de la derrota sufrida por el Partido Demócrata en las pasadas elecciones de medio término, confirmando que las luchas intestinas por la errática estrategia militar en Irak, y Siria y frente a la crisis en Ucrania, hacían insostenible su permanencia en el cargo.

En un acto dominado por la emotividad del presidente Barack Obama aparentemente conmovido por la partida de uno de sus amigos, Hagel agradeció la confianza del mandatario, a pesar de que nunca contó con la colaboración y confianza del Consejo de Seguridad Nacional a cargo de Susan Rice. De hecho, el último coletazo de las desavenencias entre Rice y Hagel sobre la estrategia de EU en Siria se convirtió en el preámbulo de una renuncia objeto de especulaciones.

Fuentes citadas por The New York Times señalaron ayer que la renuncia de Hagel fue sugerida por el propio presidente ante las crecientes dificultades del Pentágono para articular y comunicar con eficacia la estrategia militar contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Otros medios, como la cadena ABC, también señalaron como factor de la salida de Hagel la falta de una acción más contundente ante las provocaciones de Rusia en Ucrania.

En ese sentido, fuentes de la Casa Blanca confirmaron que la dimisión de Hagel, quien permanecerá en el cargo hasta que el presidente elija a su sucesor, o sucesora, y que deberá sortear un complicado proceso de confirmación en el Congreso (que a partir de enero estará controlado totalmente por los republicanos), obedece a la necesidad de darle un golpe de timón a la estrategia militar contra los yihadistas.

Desde el recrudecimiento de la crisis, con el avance de las fuerzas del EI, la administración Obama se ha visto en la necesidad de elevar hasta 3 mil el número de efectivos sobre el terreno, para apuntalar al ejército de Irak y entrenar al ejército sirio de liberación.

Una candidata. Aún sin enfriarse el cadáver político de Hagel, desde la Casa Blanca y el Pentágono ayer mismo hicieron circular los nombres de sus posibles relevos, entre ellos el de Michele Flournoy, ex subsecretaria de Defensa, vieja conocida del clan de los Clinton y la primera mujer con posibilidades reales para hacerse con las riendas del Pentágono.

También se menciona al ex secretario de Estado adjunto del Departamento de Defensa, Ashon Carter, y al senador demócrata por Rhode Island, Jack Reed. Sin embargo, este último ayer comunicó a través de sus colaboradores que, por el momento, se encuentra muy a gusto en su escaño senatorial. A pesar de que el presidente se empeñó en dejar en claro que la renuncia de Hagel había sido una decisión personal de su viejo amigo republicano, las versiones de su partida no deseada se acumularon desde múltiples frentes para convertirlo en la víctima de unas elecciones calamitosas donde el Partido Demócrata y el presidente Obama sufrieron un durísimo voto de castigo.

Quizá por ello, el tono empleado por Obama para agradecer a Hagel los dos años de servicio al frente del Pentágono fue leído por algunos como un gesto de cinismo e hipocresía. Uno que intenta disfrazar las crisis y las desavenencias de un matrimonio condenado al fracaso por los errores de una de las partes pero, además, por los múltiples enemigos emboscados que conspiraron contra la pareja contra natura de Obama, un demócrata, y Hagel, un republicano.

“Chuck ha sido un secretario de Defensa nada ordinario”, aseguró el presidente en referencia al pasado de Hagel como veterano de Vietnam y a su capacidad para conectar con las tropas. Pero, a juzgar por su renuncia, incapaz de conectar con el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ni con miembros del Congreso que le convirtieron en blanco de sus ataques por la falta de claridad en la estrategia militar en Irak y Siria.

A diferencia de Leon Panetta y Robert Gates, dos ex secretarios de Defensa con gran influencia entre la clase política y la comunidad de inteligencia, la administración Obama confía en que Hagel se retire sin hacer el mismo ruido que sus antecesores a través de libros que convirtieron en escaparates de sus críticas y en envenenados dardos de sus ajustes de cuentas con Obama.



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