RAMALÁ, Cisjordania (Agencias).— Las violentas protestas generadas por el secuestro y asesinato de un joven palestino se extendieron el sábado a las aldeas árabes de Israel, lo que planteó un nuevo desafío para el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Israel ha permanecido en silencio ante la investigación sobre la muerte de un joven de Jerusalén Este que los palestinos creen que fue secuestrado y asesinado por judíos de extrema derecha.

Sin embargo, el fiscal general palestino dijo que el joven habría sido quemado vivo, según reportes. “La causa directa de la muerte fueron las quemaduras como resultado del fuego y sus complicaciones”, dijo Mohammed Al-A’wewy, citado el viernes por la noche por la agencia oficial de noticias palestina Wafa.

En tanto, la aviación israelí bombardeó ayer tres supuestos objetivos del ala militar del movimiento islamista Hamas en el sur de Gaza en represalia por el lanzamiento de cohetes desde la Franja, informó el ejército en un comunicado. Fuentes médicas y de seguridad en Gaza confirmaron los ataques y aseguraron que éstos no han causado víctimas.

Las tensiones entre israelíes y palestinos han crecido fuertemente después de que tres jóvenes israelíes fueron secuestrados el 12 de junio en Cisjordania y posteriormente fueron encontrados sin vida en esos territorios palestinos ocupados por colonos israelíes. A eso le siguió el secuestro de Mohamed Abu Khudair, de 16 años, el miércoles en su vecindario en Jerusalén Este. Su cuerpo calcinado fue encontrado horas más tarde en un bosque en las afueras de la ciudad.

El director del instituto forense palestino, Saber Al-Aloul, estuvo presente durante la autopsia realizada por médicos israelíes. Según Al-A’wewy, Al-Aloul reportó que se había hallado hollín en el canal respiratorio de Khudair, lo que significaba que “el muchacho inhaló este material mientras era quemado vivo”.

Las quemaduras cubrían el 90% de su cuerpo y tenía un corte en la cabeza. Se tomaron muestras, como fluidos y tejidos, para realizar más exámenes de laboratorio para completar el informe médico legal. En el funeral de Khudair el viernes, los palestinos, furiosos, gritaron “¡Intifada! ¡Intifada!”, un llamado a un nuevo alzamiento contra Israel.

Los palestinos arrojaron piedras contra policías israelíes, que respondieron con gases lacrimógenos, granadas de ruido y balas de goma en una de las mayores demostraciones de enemistad en Jerusalén en muchos años.

Al menos un palestino resultó herido en confrontaciones en la ciudad de Naplusa durante la noche, dijo personal médico.

Las protestas se extendieron el sábado a las normalmente tranquilas áreas árabes de Israel, mayormente a lo largo de carreteras en el centro y norte del país, donde manifestantes arrojaron piedras y bombas incendiarias a los automóviles que transitaban. Decenas de personas fueron arrestadas durante los enfrentamientos, dijo una portavoz de la policía.

Por otra parte, el gobierno de Estados Unidos pidió ayer investigar las denuncias de la supuesta paliza que propinó la policía israelí a Tareq Khudair, de nacionalidad estadounidense, y primo de Mohamed Abu Khudair. Tarek Khudair, de 15 años, estudiante en Tampa, Florida y con pasaporte estadounidense, que se encuentra en Jerusalén Este de vacaciones, fue detenido el viernes por la policía israelí, que además de la paliza lo habría mantenido detenido durante más de cinco horas sin asistencia hospitalaria. EU condenó cualquier “uso excesivo de la fuerza”.