SEÚL (Agencias).— Un intercambio de disparos entre Corea del Norte y del Sur en la disputada frontera marítima en el mar Amarillo avivó ayer las preocupaciones por las nuevas tensiones. El detonante fue un ejercicio de tiro de varias horas de la artillería costera norcoreana

Según el ministerio de Defensa surcoreano, más de 100 de las 500 granadas que se lanzaron acabaron en aguas surcoreanas. Corea del Sur respondió abriendo fuego. Más de 300 proyectiles cayeron en aguas norcoreanas.

Corea del Sur acusó al país vecino de una “provocación calculada”. El Ministerio de Defensa no descartó que el Norte quisiera poner a prueba la disposición de las fuerzas surcoreanas. “En caso de que Corea del Norte use los ejercicios de tiro para emprender provocaciones no lejos de las islas surcoreanas y las líneas costeras, vamos a reaccionar de forma estricta”.

Corea del Norte no reconoce la línea fronteriza que fue trazada unilateralmente por un comando de la ONU al final de guerra de Corea (1950-53).

Tras varias pruebas con misiles en las últimas semanas, los militares norcoreanos informaron ayer al sur en un comunicado de los ejercicios de artillería. Norcorea realiza con regularidad estos ejercicios.

Los ejercicios con artillería en Corea del Norte se entienden como una reacción a las maniobras que las Fuerzas de Seguridad surcoreanas y estadounidenses. Además, tras las críticas del Consejo de Seguridad de la ONU a su último ensayo con misiles, Corea del Norte amenazó el domingo con volver a realizar ensayos nucleares.

Los habitantes de las islas surcoreanas de Yonpyong y Baengyong fueron llamados por las autoridades a buscar refugio en los búnkeres, mientras que jets de combate surcoreanos patrullaban el espacio aéreo.

En este marco, el gobierno de Estados Unidos condenó las acciones de Norcorea.

Las “continuas amenazas y provocaciones” de Corea del Norte “agravan las tensiones”, indicó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jonathan Lalley.