WASHINGTON.— El Congreso de Estados Unidos registró ayer uno de sus peores índices de aceptación entre la opinión pública con 51% de rechazo entre la mayoría. “Por primera vez en 25 años el número de ciudadanos que desaprueban el trabajo del Congreso supera el 50%”, según el sondeo realizado por The Washington Post y la cadena ABC.

Lo que parecería ser una buena noticia para el presidente Barack Obama no lo es en sentido estricto. El más reciente sondeo de opinión tampoco lo deja muy bien parado ante la opinión pública. De hecho, según el monitoreo de la página Real Clear Politics el presidente cosecha un contundente 55% de rechazo a su trabajo.

Para la mayoría de los analistas, la baja nota de los ciudadanos al Congreso y al presidente es producto de la frustración ante la falta de soluciones en una larga lista de asuntos o crisis coyunturales; como la que sigue agitando las bases del electorado hispano ante la falta de respuestas a la crisis migratoria.

“La falta de resultados han convertido a los personajes mas malos de la Guerra de las Galaxis en personajes más populares que el Congreso o que el presidente Obama”, aseguró en tono de sorna el vicepresidente ejecutivo del Instituto Cato, David Boaz.

Aunado a lo anterior, según el más reciente recuento de la acción legislativa en el Congreso de EU, la 113 legislatura es la más improductiva en la historia de la nación con menos de 100 iniciativas de ley aprobadas desde el 2013. A manera de comparación, en la presidencia de Dwight Eisenhower, el Congreso pasó más de mil iniciativas y 700 bajo el gobierno de Ronald Reagan.