ROMA.— Ciudadanos de los 28 países de la Unión Europea (UE) acuden hoy a las urnas para elegir a 751 diputados que integrarán el Parlamento Europeo en los próximos cinco años. La votación comenzó el jueves pasado en Reino Unido y Holanda, continuó el viernes en Irlanda, ayer en Estonia, Irlanda y la República Checa y el resto de los países lo hará este domingo.

Las encuestas proyectan una histórica ascensión de los nacionalistas, radicales y euroescépticos. Los comicios suscitan interés no sólo porque es la primera vez que el nuevo Parlamento eligirá el presidente de la Comisión europea (CE), sino por las múltiples críticas que recibe la política económica europea debido a la profunda crisis que atraviesa el Viejo Continente.

Detrás de estas críticas está el hecho de que para la mayoría de los europeos la CE tiene una función sólo económica, no política, y por ello “concentra gran parte de las insatisfacciones y rencores que suscitan las medidas de austeridad impuestas por una autoridad que los europeos consideran por arriba de las de sus naciones”, escribe el analista europeo Bernardo Valli.

Difícil se ve que esta visión negativa pueda cambiar con estas elecciones, visto que la política económica europea, salvo algunos retoques sociales, no podrá ser modificada radicalmente, pero también porque en la elección del presidente de la CE no participarán ni ciudadanía ni todos los partidos presentes en el Parlamento: sólo cinco de los 17 partidos presentes en el mismo han presentado un candidato.

Martin Schulz, centro-izquierda (PSE), Jean-Claude Juncker, centro-derecha (PPE), Guy Verhofstadt, Liberales Democráticos (ALDE), Ska Keller, Verdes y Alexis Tsipras, izquierda radical, aspiran a suceder al portugués Manuel Barroso.