Mursitpinar, Turquía.— El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la ciudad siria kurda de Kobani está “a punto de caer”, al intensificarse el ataque de los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) luego de un asalto que lleva tres semanas y que habría costado unas 400 vidas, además de obligar a miles de personas a abandonar sus hogares.

La perspectiva de que la ciudad cercana a la frontera turca pueda caer en manos de EI, que ya está dentro de los límites de la ciudad, ha incrementado la presión sobre Turquía para que se una a una coalición internacional para combatir a los yihadistas.

El EI quiere tomar Kobani para consolidar su control sobre la zona fronteriza y consolidar la ocupación territorial que ha logrado en Irak y Siria en los últimos meses. Los ataques aéreos liderados por Estados Unidos hasta ahora no han evitado el avance del EI sobre Kobani.

“El mundo se arrepentirá profundamente si el EI logra tomar una ciudad que se defendió con tanto coraje, pero que en breve no podrá hacerlo más. Debemos actuar ahora”, advirtió ayer el enviado especial de la ONU en Siria, Staffan de Mistura.

Estados Unidos lanzó dos ataques aéreos al oeste de Hasaka que causaron daños en varios edificios. También realizaron otro al sur de Kobani, que destruyó tres vehículos armados del EI y dañó otro; al sureste de la misma localidad destrozaron un vehículo con artillería antiaérea y en otros dos ataques al suroeste dañaron un tanque.

Otro ataque al suroeste de Rabiya impactó donde se encontraba un pequeño grupo de yihadistas, indicó el Mando Central estadounidense (CENTCOM) en un comunicado.

Turquía dijo que está presionando al gobierno estadounidense por más ataques aéreos, aunque el presidente Erdogan señaló que los bombardeos no eran suficientes para derrotar al EI y enumeró demandas de su país de medidas adicionales antes de intervenir en el conflicto.

“El problema del EI no puede resolverse a través de bombardeos aéreos. En este momento (...) Kobani está a punto de caer”, dijo durante una visita a un campo de refugiados sirios.

“Hemos advertido a Occidente. Queremos tres cosas. Una zona de restricción aérea, una zona segura paralela a esa y el entrenamiento de rebeldes sirios moderados”, agregó.

El mandatario dijo que Turquía actuaría si hubiera alguna amenaza a soldados turcos que custodian un sitio histórico en Siria, lugar que el gobierno turco considera territorio propio. Pero hasta ahora, Turquía no ha dado ningún paso para involucrarse en los combates del otro lado de su frontera.

Algunos analistas dudan de que exista la voluntad entre los aliados occidentales para llevar adelante más acciones. “Es la coalición de los ‘no quiero’, cada país está haciendo el mínimo posible, especialmente en Siria”, dijo Fadi Hakura, del instituto político Chatham House en Londres.

Unas 180 mil personas huyeron a Turquía desde la región de Kobani tras el avance del EI. Más de 2 mil kurdos sirios incluidas mujeres y niños fueron evacuados de la ciudad después de los últimos enfrentamientos. Agencias