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Celebran misa en la frontera en favor de los migrantes

El Universal
Miércoles 02 de abril de 2014
Celebran misa en la frontera en favor de los migrantes

DEVOCIÓN. Cientos de personas escuchan al cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston, durante la misa a lo largo de la cerca fronteriza en Nogales. (Foto: MATT YORK / AP )


PHOENIX (Agencias).— Inspirados por la visita del papa Francisco a Lampedusa el año pasado, obispos católicos celebraron ayer una misa ante el muro que separa Estados Unidos y México en Nogales, Arizona, en recuerdo de los “hermanos y vecinos” muertos en el intento por cruzar la frontera y para reclamar una reforma migratoria.

El cardenal de Boston, Sean O’Malley, encabezó el grupo de religiosos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) que se desplazaron hasta Nogales para reclamar en una misa bilingüe que el Congreso en Washington actúe de una vez para hallar una solución legal al problema que afecta a más de 11 millones de indocumentados en el país.

Minutos después de la misa binacional, el mexicano Jaime Valdez, que fuera deportado, se presentó al puerto fronterizo para pedir que lo dejen entrar a territorio estadounidense por razones humanitarias. Valdez fue detenido por autoridades migratorias quienes, según su abogado Ray Ibarra, deben decidir si lo dejarán ingresar al país bajo palabra.

“Me siento en paz después de esta misa porque sé que Dios esta con nosotros”, dijo Valdez, quien llevaba 15 años en Estados Unidos cuando fue deportado en febrero, mientras su padre José Valdez participaba de una huelga de hambre pidiendo que lo dejaran en libertad.

Con su valla metálica de varios metros de alto pero entre cuyos paneles se atisba el otro lado de la frontera, Nogales es para muchos uno de los mayores símbolos de todos los fracasos migratorios: un muro que no frena el flujo de entrada de indocumentados y una ciudad dividida entre territorio estadounidense y mexicano, a donde se envía a los más de mil inmigrantes sin papeles que el gobierno de Barack Obama deporta cada día, muchas veces separando familias.

“El sistema está roto y está causando semejante sufrimiento y un terrible desperdicio de recursos humanos y materiales”, lamentó O’Malley durante la misa celebrada ante el muro divisor, y desde donde recordó los alrededor de 400 cadáveres de personas que trataban de llegar a Estados Unidos que se hallan cada año en el desierto.

“La frontera está llena de tumbas sin nombre, estamos aquí para decir que no los olvidamos, son nuestros vecinos, nuestros hermanos y hermanas”, aseguró el religioso, que fue mezclando sus oraciones en una homilía celebrada en inglés y español y que terminó con una ofrenda floral en honor de los muertos de la frontera.

La “Misión por los Migrantes” celebrada ayer en Nogales se inspira en la visita que en julio del año pasado el papa Francisco —“un gran regalo de Dios a la Iglesia”, afirmó ayer O’Malley— hizo a la remota isla italiana de Lampedusa, punto de llegada de buena parte de la inmigración ilegal a Europa y símbolo también de muchos de los padecimientos que sufren quienes tratan de ingresar en el viejo continente sin papeles. “En Lampedusa el Papa nos advirtió del peligro de la globalización de la indiferencia”, recordó O’Malley.

Mientras tanto, la propuesta SB 1400, que propone una matrícula universitaria igualitaria para los inmigrantes en Florida, fue aprobada ayer por el Comité Judicial del Senado del estado con siete votos a favor y dos en contra. El proyecto permitiría a todos los estudiantes del estado graduados en secundarias, seguir sus estudios superiores pagando una matrícula estatal, independientemente de su estatus migratorio.



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