MADRID.— Tal y como se esperaba, el Parlamento de Cataluña (una rica comunidad autónoma situada el noreste de España y gobernada por los nacionalistas de Convergencia i Unió), aprobó ayer por mayoría que el gobierno que preside Mariano Rajoy transfiera a la Generalitat (gobierno autónomo catalán) las competencias para organizar referendos.

Así el gobierno autónomo que preside Artur Mas podría convocar una consulta el 9 de noviembre y preguntar a los ciudadanos si quieren o no la independencia de Cataluña, una vieja reivindicación de los nacionalistas catalanes que con toda seguridad será rechazada en el Congreso de los Diputados, donde el gobernante Partido Popular (PP) tiene mayoría absoluta y donde recibirá el apoyo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que también se opone.

Sin embargo, la sorpresa de la jornada se produjo en la votación, ya que a los votos del “sí” de los diputados de Convergencia i Unió, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) e Iniciativa-Esquerra Unida (ICV-EUiA), se sumaron los votos de tres diputados del Partido Socialista de Cataluña que desobedecieron las directrices de su partido y rompiendo la disciplina de voto se pronunciaron en contra. De manera que el resultado fue de 83 votos a favor frente a 43 votos en contra del Partido Popular, Ciutadans y el grueso de los socialistas, y tres abstenciones.

El líder del Partido Socialista Catalán (PSC), Pere Navarro, pedirá a los tres diputados díscolos: Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura, que dejen su escaño después de que ellos anunciaran que no lo harán por iniciativa propia. Y el vocero del grupo en el Parlamento, Maurici Lucena, explicó que tienen de plazo “hasta el domingo” para devolver sus actas de diputado.

La votación de ayer pone en evidencia la ruptura entre el Partido Socialista Catalán el Partido Socialista Obrero Español, que era el segundo más votado en Cataluña pero que en las últimas elecciones autonómicas pasó al tercer lugar como consecuencia del aumento de los votos nacionalistas e independentistas. Desde horas antes de la votación, un centenar de personas se congregaron a las puertas del Parlamento ondeando banderas independentistas y gritando consignas a favor de la secesión.

Madrid, foco de protestas

Entretanto, el centro de Madrid se convirtió ayer por segunda noche consecutiva en escenario de disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y policías que dejaron al menos un detenido y un herido, y que hacen temer posibles estallidos sociales en una España aún en crisis.

Varios centenares de personas volvieron a concentrarse en la Puerta del Sol en apoyo a los vecinos del barrio Gamonal de Burgos, en el norte del país, que luchan por parar la construcción de un costoso bulevar en tiempos de penuria económica y recorte de servicios públicos.