Barcelona.— Más de dos millones de personas participaron ayer en la consulta alternativa sobre la independencia de Cataluña. Era una votación ilegal, suspendida por el Tribunal Constitucional tras el recurso presentado por el gobierno que preside el conservador Mariano Rajoy y la sacaron adelante únicamente 40 mil voluntarios ayudados por organizaciones civiles, sin ningún tipo de publicidad institucional y con 8 mil urnas de cartón elaboradas por una ONG colocadas en mil 200 puntos de votación.

Con todo, sí, más de dos millones de catalanes quisieron participar y acudieron ayer a votar a lo que no pudo ser ni un referéndum sobre la independencia de Cataluña (noreste de España) ni una consulta legal, como quería el presidente de la Generalitat, Artur Mas (Convergencia i Unió), y que acabó siendo una “consulta participativa” y sobre todo, un desafío al presidente Rajoy.

Con 88% de los votos escrutados y según informó Joana Ortega, vicepresidenta del gobierno catalán en su última comparecencia ante la prensa a las doce y media de la noche, 81% de los ciudadanos (un millón 650) votaron a favor de que Cataluña sea un Estado independiente, 10% (sólo 200 mil) votaron a favor de que sea un Estado pero no independiente, y 4% (92 mil) votaron en contra de que sea un Estado.

Ortega también dijo que la participación había sido de 2 millones de personas, pero que la cifra final alcanzaría los 2 millones 250 mil. Se trata de una elevada cifra de participación si se tiene en cuenta que en las últimas elecciones autonómicas de Cataluña, en 2012, votaron 3 millones 600 mil personas.

“Ha sido una jornada democrática y de éxito. Una gran lección de democracia”, dijo Artur Mas minutos antes de las once de la noche, en la que fue su primera comparecencia ante los periodistas desde el centro de prensa y en una declaración en la que habló en catalán, en castellano, en inglés y en francés para los numerosos periodistas de medios internacionales presentes.

“Quiero agradecer al ejército de voluntarios y voluntarias que se han movilizado de manera generosa y gracias a quienes ha sido posible esta consulta, que en las condiciones en que hemos tenido que hacerla considero que ha sido un éxito impresionante”, dijo. “Hemos dado un paso de gigante como país y demostrado que queremos decidir nuestro futuro”, añadió.

Por su parte, el gobierno español no reconoció los resultados de la consulta, que Rajoy calificó de “simulacro estéril e inútil”. “Es un acto de pura propaganda que solo ha servido para exacerbar la división entre los catalanes y tensar las relaciones políticas”, dijo el ministro español de Justicia, Rafael Catalá.

La presidenta de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), Carme Forcadell, y la de Òmnium Cultural, Muriel Casals, las dos organizaciones cívicas que prepararon la consulta, celebraron la enorme participación y aseguraron que el camino hacia la autodeterminación de Cataluña “no tiene marcha atrás”.

Nada más conocerse los resultados, Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Unión Democrática de Cataluña (UDC) y el Partido Socialista Catalán (PSC) coincidieron en reclamar a Rajoy que mueva ficha y se siente a dialogar. La vocera de CDC, Mercè Conesa, pidió al gobierno central tomar nota de la “altísima participación que da un mensaje que debe ser escuchado por el gobierno y por muchas instituciones que hoy estaban pendientes del 9N”.

También la vocera de UDC, Montse Surroca, dijo que lo ocurrido obliga a que Rajoy abra vías de diálogo,

Por su parte, la vocera del PSC, Esther Niubó, dijo que había sido “un éxito de movilización teniendo en cuenta que era un proceso participativo”, y que la jornada demuestra que en Cataluña hay una gran voluntad de cambio en las relaciones con el resto de España.

El presidente de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Oriol Junqueras, socios de gobierno de Mas, dijo que la participación había “desbordado” las expectativas que tenían los organizaciones y la calificó de “extraordinaria”. Los Verdes de ICV-EUiA consideraron que ha “ganado la democracia y ha perdido el autoritarismo” del gobierno que sale “derrotado”.

Ambiente festivo. Cataluña vivió ayer una jornada histórica. Hombres, mujeres, jóvenes mayores de 16 años y ancianos —en algunos casos en silla de ruedas—, muchos de ellos venidos desde muy lejos, de manera pacífica, en un ambiente festivo y sin que se produjeran incidentes, quisieron ejercer su derecho al voto. Muchos esperaron hasta 45 minutos bajo la lluvia que cayó durante buena parte del día en las cuatro provincias catalanas (Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona) para poder votar.

“Vengo para decir el futuro que quiero para Cataluña. Porque creo que es mi obligación votar y más en un referéndum que ha sido prohibido por el gobierno de Rajoy”, decía una mujer de 60 años en el colegio Vedruna Angels en el barrio obrero del Raval. “Yo he votado a favor de que Cataluña sea un Estado pero en contra de la independencia”, reconocía un joven al salir del mismo colegio electoral. “Y me siento muy emocionado de haberlo podido hacer aunque no haya sido legal”, añadía.

A su lado, una chica de unos 30 años con una bandera catalana atada al cuello mostraba su papeleta con los dos “síes”: a que Cataluña sea un Estado, y a que sea uno independiente. “Yo quiero la independencia. El gobierno español nos menosprecia, nos ignora. Yo no quiero pertenecer a España”, aseguraba.

La gran participación de ayer supone un espaldarazo a Mas, quien anunció que hoy mismo enviará una carta al presidente Rajoy en la que una vez más le ofrecerá su voluntad de dialogar para hallar una solución beneficiosa para todos. Una vez más le demandará un nuevo referéndum definitivo y acordado, con la diferencia de que en esta ocasión cuenta con el respaldo de más de dos millones de personas.