WASHINGTON.— En vísperas del voto de la iniciativa republicana en la Cámara de Representantes, que recorta sustancialmente los fondos solicitados por el presidente Barack Obama para hacer frente a la crisis humanitaria de los niños de Centroamérica, los alcaldes de las ciudades fronterizas de McAllen, Brownsville y Edinburg, Texas, decidieron cerrar filas para advertir contra el envío adicional de tropas de la Guardia Nacional y para demandar una respuesta más inteligente y humanitaria.

“Estos niños son refugiados y debemos, como nación, tratarlos de forma humanitaria y respetar sus derechos a un debido proceso”, dijo el alcalde de Brownsville, Tony Martinez.

“Estos niños están huyendo. Y tras su llegada no ha habido un aumento de la violencia o un repunte de enfermedades. Es necesario dejar de demonizar a estos menores”, consideró a su vez Richard García, alcalde de Edinburg.

Además, se pronunciaron a favor de una reforma migratoria. “En las últimas semanas, me he reunido con el mayor número de congresistas en Washington para informarles de la situación en la frontera en Texas. Y desafortunadamente constato que el ambiente sigue muy polarizado para avanzar en el tema migratorio”, lamentó el alcalde de Edinburg.

El llamado de los alcaldes, que están en la primera línea de la crisis, contrasta con la postura del gobernador de Texas, Rick Perry, y con la posición del liderazgo republicano, que ha insistido en la necesidad de enviar más efectivos de la Guardia Nacional y modificar la ley de 2008 que protege de la deportación exprés a las víctimas de tráfico de personas de naciones no contiguas a EU.

Los alcaldes, que señalaron que la sociedad civil y las organizaciones religiosas y humanitarias de sus ciudades han reaccionado mejor que algunos políticos, ayudando a los menores que se entregan voluntariamente a los agentes de la patrulla fronteriza, insistieron en que la petición para el despliegue de la Guardia Nacional no tiene sentido.

“Ya hemos visto el despliegue de la Guardia Nacional en el pasado, y ello no ha traído ninguna mejoría”, dijo García, al sumarse a la petición de sus pares de Mc Allen y Brownsville de la inyección de más fondos a sus ciudades, en lugar de invertir en el aumento de efectivos militares, para sortear la crisis.

En medio de este intenso debate, la iniciativa de la mayoría demócrata en el Senado a favor de conceder hasta 2,700 millones de dólares a la administración de Barack Obama para hacer frente a la crisis de los niños migrantes, avanzó ayer en un primer tramo de su debate de procedimiento con un total de 66 votos a favor y 33 en contra.

La iniciativa demócrata no contempla ningún cambio a la ley contra el tráfico de personas de 2008, ni el aumento de efectivos de la Guardia Nacional que exigen los republicanos, quienes presentaron varias enmiendas.

Hoy vota la Cámara Baja su iniciativa, que condiciona los fondos pedidos por Obama al despliegue de la Guardia Nacional.