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"Preparados para el día que esperamos nunca llegue"

Jana Beris / Corresponsal| El Universal
Jueves 13 de noviembre de 2014

MEMORIA. El monte Bental, en la frontera de Israel con Siria, y convertido hoy en sitio turístico en Israel, fue escenario de guerra en el pasado. (Foto: JANA BERIS )

El brigadier general israelí Ofek Bukhris habla del conflicto sirio, y de cómo afecta o puede afectar a su nación

Monte Avital, en la Frontera israelí.— Desde aquí, en la base de la División del Bashan en la frontera norte de Israel, frente a territorio sirio, el paisaje pastoral no logra confundir. Basta con tener un oído medianamente agudo y buenos binoculares para oír los estruendos de la artillería del otro lado y ver las humaredas que dejan los choques entre el ejército sirio y alguno de los diversos grupos rebeldes que lo desafían.

“Hoy parece estar más tranquilo, hay días en los que esto es constante”, dice el brigadier general Ofek Bukhris, comandante de la división del Bashan en el ejército israelí, mientras explica a un pequeño grupo de periodistas cómo se ve la guerra de este lado.

Estamos en la base central de la División Bashan, en el Monte Avital, uno de los más altos en el Golán, conquistado por Israel en el frente sirio en la guerra de los Seis Días en 1967. Antes de este conflicto, la ventaja topográfica que daba a Siria su control del Golán, era utilizada para cañonear los poblados civiles israelíes ubicados abajo, en el valle. Hoy, desde esta altura, Israel observa lo que ocurre en Siria, con la esperanza de que la guerra allí no cruce la puerta.

Un dato clave para los israelíes es que, hoy en día, el 85% de su frontera con Siria está en manos de grupos rebeldes, dominados por Jabhat el Nusra, islamista, aunque se los presenta generalmente como más “pragmáticos” que al Estado Islámico (EI). “Pero eso es por razones internas”, aclara el oficial israelí. “No por su visión de Israel. Ya han dicho que cuando termine con Siria, atacarán a Israel”.

Bukhris agrega que su esperanza “es que ese día nunca llegue”, pero aclara que “sería irresponsable de nuestra parte no estar preparados”.

“Esto es el Medio Oriente”, dice el Bukhris. “Esperamos lo mejor, preparándonos para lo peor. Y en esta división y en todo el Comando Norte, trabajamos para esa eventualidad; aprendiendo lo que hacen del otro lado, desarrollamos las infraestructuras necesarias”.

Israel ya ha sido desafiado con distintos tipos de ataques de morteros, cohetes y cargas explosivas, que son atribuidos a organizaciones cercanas a Hezbolá —aliada del régimen sirio del presidente Bashar al-Assad—. Desde el 1 de marzo, ha habido 15 incidentes de este tipo, en uno de los cuales resultaron heridos cuatro soldados. Algunos de los cohetes cayeron junto a poblados civiles.

Por ahora, Israel estima que ninguno de los ataques intencionales fueron obra del régimen sirio, que no considera tenga interés en atacar a Israel en este momento.

La guerra en Siria, en sí, no es asunto de Israel. Así lo ve Bukhris, quien rehúsa responder qué considera mejor para su país, el régimen de Al-Assad o los rebeldes. “Ellos tienen qué decidir qué es mejor para la población de Siria. No intervenimos al respecto”.

En cambio, Israel sí interviene en ayuda humanitaria. Desde el estallido de los combates, mil 300 sirios han llegado a puntos en la frontera en los que pidieron ayuda a Israel y fueron tratados por médicos del ejército o en hospitales israelíes.

“Yo no descarto que se pueda vivir en paz... claro que es posible”, aclara. “Si en algún momento del otro lado deciden vivir en paz con los judíos, aquí nos encontrarán más que dispuestos a ello”.



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