JERUSALÉN.— Robi Damelin está preocupada porque sabe que, en estos días, mucha gente siente lo que ella ya ha sentido y no dejará nunca de sentir. En 2002 perdió a su hijo David, de 28 años, que estaba en su servicio de reserva en el ejército y fue baleado de muerte por un francotirador palestino en la zona de Wadi Haramía en Cisjordania, cuando montaba guardia en un puesto de control carretero.

Ahora, cuando la guerra en Gaza cobra un precio tan alto, cuando se acumulan los palestinos y soldados israelíes muertos, ella sabe el duelo interminable que les espera a las familias.

Tiempo después de su tragedia personal, Robi se sumó al “Círculo de Padres”, un foro de familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el marco del conflicto y que abogan por el diálogo en vez de la guerra, esperando que sus experiencias convenzan a todos de que la guerra no soluciona nada. A raíz de la crisis actual, conversamos con Robi Damelin. Este es su testimonio:

Israel y Hamas están en guerra nuevamente… ¿Cuál es su visión al respecto, en el “Círculo de Padres”?

Lo que nosotros sentimos es que no es una guerra en la que podemos ganar. Que si no hacemos una pausa para ver si podemos hablar —y no lo digo en forma ingenua— estamos en problemas. Todo debe ser resuelto mediante negociaciones. Ninguna guerra alcanza la paz. Ese es nuestro mensaje. No queremos otros miembros en nuestro foro. Somos la única organización que no busca nuevos miembros. No queremos que más gente muera. Los niños de ambas partes pagan el precio de esta guerra y nos parece terrible.

Usted sabe cuál es su dolor y también cómo viven las pérdidas en el otro lado...

El dolor de las dos partes es el mismo. No hay diferencia entre el dolor de una madre palestina y una madre israelí. Esta situación nos impone la necesidad de tomar decisiones imposibles. Si una madre palestina que está con sus hijos recibe el anuncio que debe irse de su casa, y se va sin saber si su casa estará cuando vuelva, es terrible...

Y en Sderot, sé por ejemplo de una madre que tiene un hijo en silla de ruedas, y nunca logra llegar a tiempo a la habitación segura... ¡Qué decisiones tiene que tomar cada vez que le suena la alarma! ¡Qué decisiones esperamos que la gente tome en una guerra! Cada guerra nutre más odio... No se puede poner fin a una situación así por la fuerza. Usaremos la fuerza y luego habrá más fuerza.

¿Cree que Israel tenía alternativa, que podía hacer otra cosa para frenar el disparo de misiles desde Gaza?

Pero el tema es que no se puede ganar esta guerra. Es cierto que se puede llegar a un alto el fuego. Pero si no hallamos la forma de llegar a un entendimiento, no se resolverá.

Israel se fue de Gaza hace nueve años, pero el disparo de misiles se intensificó, no lo contrario... ¿Qué se puede hacer en esa situación?

Yo no sé si nos fuimos de Gaza porque nos importaba Gaza. Si se hubiera hecho eso mediante una negociación, y el presidente palestino Abu Mazen (Mahmud Abbas) hubiera recibido parte del crédito por ello, quizás Hamas no estaría hoy en el poder.

Pero el hecho es que Israel hace mucho que no ocupa Gaza... ¿Eso no tendría que haber incidido?

Eso ya no importa. Hay vientos de guerra y de esto no saldrá la paz. Quizás se pare el fuego, pero con un precio terrible… demasiados muertos, de ambos lados.

Yo creo que si alguien vive sin esperanza, va a atacar porque no tiene qué perder. En Gaza viven en una cárcel gigantesca, sin trabajo ni buena economía. No digo que Israel sea el responsable de ello, sólo recuerdo cuál es la situación en Gaza. Hay además allí un gobierno que prefiere construir túneles y no escuelas.

¿Cree que la ideología de Hamas es el problema?

No hay una solución en términos de blanco y negro. Lo que tiene que estar claro es que esto no funciona. Esta es la tercera guerra en Gaza. Y siempre se oyen las mismas frases de que “vamos a terminar con Hamas”… no funciona.

¿Le parece que se puede llegar a un entendimiento con Hamas?

Creo que no hay alternativa; de lo contrario, no tenemos futuro. Lo central es fortalecer a Abu Mazen, lo cual ahora será muy difícil porque Hamas saldrá de esto presentándose como el héroe... no importa cuánta gente haya muerto y cuántas casas hayan sido destruidas. Si yo fuera palestina y mirara las noticias, no analizaría todo a fondo, y si mirara Al Yazeera, sólo buscaría venganza. Y se me rompe el corazón.

Su angustia pasa por su propia experiencia personal…

Ando todos estos días con la sensación de una pelota que me tranca la garganta. Siento algo adentro… Y todos los soldados que han muerto... Sé exactamente lo que espera a esas familias ahora... Es muy compleja toda la situación. No digo que tengo el monopolio de la verdad, ya que eventualmente, no ganaremos la guerra. Imaginemos qué pasaría si no tuviéramos la “Cúpula de hierro” que nos protege de los misiles. No quiero ni pensar lo que sería, cuántos muertos habría…

¿Podría compartir conmigo algo sobre su relación personal con alguna de las madres palestinas activas en el foro?

Te contaría la historia de mi encuentro con Bushra Awad. Yo la conocí en Bet Ummar, cerca de Hebrón, en un encuentro de mujeres… yo me dedico mucho a ese tema, ya que estoy convencida de que debe haber mujeres en la mesa de negociaciones. Ella estaba sentada dándome la espalda, lo cual en la cultura palestina tiene un significado muy claro. Le pregunté a quién perdió, por qué estaba allí, y me dijo que había perdido a su hijo Mahmud, al que le disparó un soldado cuando tiraba piedras. Tenía 18 años.

Luego le pregunté si quería ver una foto de David, ella se dio vuelta, le mostré la foto de mi hijo, y dijo: “Haram”, que significa qué pena... Ese encuentro fue una sorpresa emocional para ambas. Nos convertimos casi en familia. Donamos sangre juntas. Cocinamos juntas para un libro de recetas que era un proyecto especial. Hoy es de las mujeres más activas en el foro.

¿Por qué dice sorpresa emocional?

Porque yo creo que ella fue a ese encuentro para gritarnos que le habíamos matado al hijo... y salió de allí otra cosa, comprendió —ambas lo sentimos— que el dolor es el mismo en los dos lados. Y quiero que esto termine… para que nadie más sufra así.