"No nos vamos", dicen prorrusos
DONETSK. El líder separatista Denis Pushilin (centro), en conferencia. (Foto: BAZ RATNER / REUTERS )
SLOVIANSK / DONETSK, Ucrania (Agencias).— Separatistas prorrusos armados dijeron ayer que no se consideran obligados por un acuerdo internacional que les ordena desarmarse y que no dejarán los edificios gubernamentales que tomaron hasta que renuncie el gobierno en Kiev.
El acuerdo alcanzado el jueves en Ginebra por Estados Unidos, Rusia, Ucrania y la Unión Europea, ofrece la mejor esperanza hasta ahora para desactivar un enfrentamiento en Ucrania que ha deteriorado las relaciones entre Occidente y Rusia a su peor nivel desde la Guerra Fría.
El presidente en funciones de Ucrania y el primer ministro ofrecieron uno de sus más importantes compromisos hasta ahora para fortalecer los derechos constitucionales de la lengua rusa, para tratar de aplacar la protesta, pese a que Kiev dijo que continuarán los esfuerzos para erradicar a los separatistas.
El acuerdo establece el desarme a todos los grupos ilegales, la desocupación de edificios públicos, calles y plazas y da un papel de supervisión a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Sin embargo, los separatistas mantienen su posición en el este y los nacionalistas ucranianos en Kiev no dan señales de dejar sus campamentos, no militarizados, en la plaza Maidan.
“No abandonaremos las armas, la junta de Kiev nos ha declarado la guerra”, dijo un hombre enmascarado y uniformado blandiendo un palo ante uno de los edificios públicos ocupados de Donetsk.
“Exigimos al gobierno ucraniano que desarme primero a los grupos ilegales que actuaron en el Maidán (la plaza donde se concentraron las manifestaciones contra el hoy derrocado presidente Viktor Yanukovich), como el sector de derechas, y esa Guardia Nacional que han creado. Luego depondremos las armas y desalojaremos los edificios”, afirmó a EFE Kirill Rudenko, portavoz de la autoproclamada “república popular de Donetsk”.
Rusia dijo que el desarme no se refiere sólo a los separatistas prorrusos, sino que compete también a la cúpula de Kiev.
Además, el llamado gobierno insurgente de Donetsk denunció el secuestro de uno de sus militantes, Leonid Baránov, al que las fuerzas de seguridad ucranianas habrían detenido y llevado a Kiev para presentar contra él una acusación formal. “Con este secuestro, Kiev ya ha incumplido uno de los puntos del acuerdo”, se quejó Rudenko en alusión a la amnistía prometida por el gobierno ucraniano a todos los milicianos armados y activistas que ocupan las sedes oficiales en caso de que no hayan cometido crímenes.
Por su parte, el gobierno de Ucrania advirtió que podría realizar “acciones más concretas” la próxima semana si los separatistas prorrusos no acaban con sus ocupaciones de edificios públicos. El ministro de Exteriores, Andriy Deshchytsia, dijo que “ojalá esa gente esté dispuesta a abandonar los edificios, rendir las armas, hoy (viernes), mañana, así podemos alentar a que la misión de la OSCE lo negocie, medie e implemente (el acuerdo)”. En Kiev, la gente del Maidan dijo que las barricadas no se quitarían hasta los comicios del 25 de mayo.
Estados Unidos rechazó las condiciones marcadas por los separatistas prorrusos. La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, negó además que el cambio de gobierno en Kiev haya sido un golpe de Estado.