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Entrevista. "No deseo fama a costa de la desgracia ajena"

Cristina Pérez-Stadelmann| El Universal
Sábado 28 de junio de 2014

Video. La nigeriana Adokiye Kyrian dijo a El Universal que lamentaba que a partir de sus declaraciones la criticaran, luego de que en las redes sociales, expresaran que es una estrategia para llamar la atención e incluso dudan de que sea virgen debido a sus sugerentes fotografías

<b>Entrevista.</b>

AMOR POR LA MÚSICA. Adokiye Kyrian, de 23 años, de origen cristiano, es una cantante de pop nigeriana, según revela en su página de Facebook. (Foto: ESPECIAL )


elmundo@eluniversal.com.mx

“Heroína. Mereces mi mayor respeto. Eres valiente. No alcanzan las palabras para expresar mi admiración por ofrecer tu vida a cambio de la liberación de las jóvenes secuestradas por el grupo terrorista yihadista de Boko Haram ”, le escribe un tuitero.

“¿Por qué todos expresan tanto amor a Adokiye, si realmente no ha hecho nada aún?”; expresa otro. “No te conocía sino hasta ahora, eres muy valiente”, continúan escribiendo a su cuenta; en contraste, surgen otros comentarios no tan benévolos hacia la actriz y cantante nigeriana: “Lo que te importa es decirle al mundo que aún eres virgen”; “tu imagen pública mostrando los senos y cuerpo sensual en fotografías no coincide con tu postura de falsa altruista”.

Ajena a la polémica que desató tras haberse ofrecido a los islamistas nigerianos de Boko Haram a cambio de que libere a las más de 200 niñas que mantiene cautivas, la cantante Adokiye Kyrian, de 23 años, pide, en entrevista telefónica exclusiva con EL UNIVERSAL desde Nigeria, que imaginemos que una de esas niñas fuera nuestra hermana, o nuestra hija.

¿Permanecerías en la indiferencia si se tratara de alguien de tu propia familia? ¿Apostarías por alguien que no fuera cercano? ¿Realmente nos interesamos por aquellos que no pertenecen a nuestro círculo inmediato?, pregunta quien en declaraciones recientes confesó su virginidad y hoy admite que fue un error. “Nosotros comemos tres veces al día, estas niñas seguramente no”.

“Cometí el error de hablar sobre mi virginidad el día de mi cumpleaños en televisión; el entrevistador me comenzó a hacer preguntas muy íntimas y todo salió de contexto, como ahora de nuevo está ocurriendo… el tema no es mi virginidad, sino que se sepa que estoy dispuesta a intercambiarme por las niñas secuestradas y que lo último que deseo es querer ganar fama y popularidad a costa de la desgracia de otros”, dice la Embajadora de la Paz del Estado nigeriano de Imo.

Comenta que su labor como embajadora no es de ahora, pues lleva más de cinco años trabajando a favor de los niños huérfanos en condiciones de pobreza extrema. “Mi ofrecimiento es cosa seria. Con la ayuda de mi gobierno, no me importa seguir a un grupo de personas al lugar donde están estas niñas, y rogar por su liberación incluso a cambio de mi vida”.

Asegura que lo último que le interesa es recibir aplausos por la acción que está realizando. “No olvidemos por qué y para qué estamos en esta vida; y si mi posición como embajadora de la Paz puede servir, pues que así sea.

“He decidido que mi imagen, así como mi carrera, pueden esperar, a cambio de responder por nuestros hermanos, nuestros vecinos, nuestras hermanas, aun a costa de mi propia vida”.

Adokiye menciona la Biblia y el sacrificio que hizo Cristo; y quiere aclarar que no le importa morir por su prójimo si así fuera necesario. Estamos hablando de niñas secuestradas, enfatiza y medio grita entusiasmada por teléfono. Su voz suena como la de una mujer mucho mayor de su edad.

“Si tengo que recibir golpes en mi espalda, latigazos por mi prójimo, lo haré, si esto implica que las liberen. Sólo espero que mi gobierno me brinde la protección necesaria para llegar al lugar donde están los terroristas; y así demostrar también que está surgiendo una nueva generación de ciudadanos comprometidos hasta con la vida por los demás y aún más si se trata de niñas con un futuro por delante. Estoy hablando en serio.

“Quiero que esas niñas regresen a la escuela, que vuelvan a sentarse a la mesa de su casa para comer con sus familias”.

Una misión en la vida

“Soy una persona, una mujer que tiene una misión en esta vida”, dice. Esa misión, subraya, pasa por “vivir para los demás, para el bienestar de mis prójimos y lo hago a cambio de nada.

“No podemos vivir solamente pensando en nuestra seguridad, en lo que costará nuestra próxima casa o auto, mientras 200 adolescentes nigerianas están sufriendo”.

Adokiye entiende la virginidad como un supremo valor, como un beneficio espiritual que guardan las mujeres y que debe ser ofrecido o entregado por un motivo muy especial, como el que ella está ofreciendo a cambio de la liberación de quienes podrían haber sido convertidas en esclavas sexuales desde que fueron privadas de su libertad, en abril pasado; y ruega que los demás no sean simplistas al enfocar su atención solamente hacia el tema de su virginidad. Lo importante, concluye, son esas niñas que “injustamente” fueron tomadas como moneda de cambio.



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