Entrevista. "Migrar no es un acto prohibido, ni un delito"
COMISIONADO. EU ha otorgado un tratamiento de delincuentes a los menores que en los últimos meses migraron en masa a ese país, afirma Roberto Herrera Cáceres. (Foto: ESPECIAL )
TEGUCIGALPA.— Ni Estados Unidos ni ninguna otra nación están autorizados a repatriar a niños, niñas y adolescentes que huyeron de sus países en busca de seguridad individual, advirtió el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras, Roberto Herrera Cáceres.
En una entrevista con EL UNIVERSAL, y en su condición de jerarca de una institución estatal hondureña, Herrera señaló que EU ha otorgado un tratamiento de delincuentes a los menores de ambos sexos del istmo que en los últimos meses migraron en masa a ese país y provocaron una crisis en su frontera suroeste.
“Ningún Estado en el universo está autorizado a expulsar o extraditar o repatriar niños y niñas que buscan asilo por su propia seguridad individual. Desde el punto de vista del derecho internacional de los derechos humanos, no hay instrumento alguno que vea el asilo o refugio que busca un migrante, hombre o mujer, niño o niña, como un acto prohibido o como un delito”, argumentó.
“La niñez nuestra y sus familias, por la inseguridad, no encuentra ninguna seguridad del Estado ni de la sociedad para su desenvolvimiento natural ni condiciones que garanticen la protección de los hijos. Estos niños y niñas salen en busca de protección, atraídos porque sus padres ya están en EU”, alegó.
Herrera, quien ha recibido en Honduras a numerosos deportados por vías terrestres y aéreas, mayores y menores de edad, recordó que “migrar no es acto prohibido, no es un delito”.
Más bien, dice, cuando la vida o la seguridad de una persona está en riesgo, todo Estado debe darle asilo “por razones humanitarias”, pero también considerando que se trata “de seres con dignidad” que emigran, entre otros motivos, precisamente por la inseguridad.
Existe un “vacío jurídico internacional” sobre el fenómeno específico de la migración de menores de edad sin compañía por vías ilegales, como el de los niños, niñas y adolescentes centroamericanos que, en calidad de indocumentados, emigran de Centroamérica a Estados Unidos, aseguró.
“Sin duda que el mismo problema de niñez migrante sin compañía se presenta en otras áreas del mundo, pero no ha sido abordado en sus aspectos centrales por la comunidad internacional. No existen protocolos ni convenciones especiales. No hay regulaciones especiales sobre este tipo de corrientes específicas. Hay unos diez instrumentos jurídicos que vinculan, pero no existe un instrumento específico sobre la materia y lo amerita”, subrayó.
La situación de menores migrantes sin compañía, agregó, “se ha agravado por los altos niveles de delincuencia organizada, el narcotráfico, la violencia y la expansión de las bandas de pandillas o maras que ya tienen una carta de existencia en Centroamérica”.
El Comisionado abogó por que “se retorne una idea más clara de cómo quitarle el incentivo y el estímulo, en forma democrática y racional, a estas corrientes de migrantes forzados. Hay factores que agravan la pobreza, que ya es crónica en el país, y la exclusión social, lo que es muy lamentable. Y allí la responsabilidad principal es de Honduras, al que le compete atender”.