Entrevista. "Hay que mantener la cabeza fría"
NUEVA YORK. El viernes pasado el Consejo de Seguridad de la ONU guardó un minuto de silencio por los pasajeros que iban en el avión derribado. (Foto: ARCHIVO EFE )
MADRID.— Luis Matías López conoce muy bien lo que está ocurriendo en Ucrania. Entre 1997 y 2001 fue corresponsal del periódico El País en Rusia y en los países de la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), una época marcada por la crisis económica y social, la segunda guerra de Chechenia y la transición en el Kremlin del presidente Boris Yeltsin a Vladimir Putin. Un año después publicó La huella roja. Historia de la Rusia postsoviética en el cambio de milenio (Península), libro en el que narra los últimos 75 años de la ex URSS
En entrevista con EL UNIVERSAL el periodista analiza la situación tras el derribo hace unos días de un avión comercial en Ucrania en el que murieron casi 300 personas, y se muestra convencido de que no hay riesgo de que estalle una III Guerra Mundial, como apuntan algunos analistas, porque ni a Estados Unidos ni a la Unión Europea les interesa.
“No estoy de acuerdo con esa tesis. Más que improbable me parece imposible”, explica. “Ni los Estados Unidos de un Obama que huye de las confrontaciones militares directas, ni una Unión Europea sin Ejército capaz de rivalizar con el ruso y con una gran dependencia energética de Rusia pueden arriesgarse a una guerra en la que todos perderían y que provocaría una tremenda depresión económica... Ucrania vale mucho, pero no tanto”, asegura.
En su opinión, tras el derribo del avión “los líderes de Rusia y Occidente y los contendientes directos en Ucrania tienen que mantener la cabeza fría y actuar con moderación”. Advierte que si se confirma que un cohete ruso lanzado por milicianos ucranianos prorrusos derribó el aparato, “será un duro golpe para (el presidente ruso Vladimir) Putin, que difícilmente podrá justificar seguir entregando armas a los rebeldes y se arriesga a nuevas sanciones de Occidente”.
También Juan Manuel de Faramiñán, catedrático de Derecho Internacional y de Relaciones Internacionales de la Universidad de Jaén, en Andalucía, considera que lo mejor es utilizar la vía diplomática para solucionar el conflicto. “Al no haber autores materiales lo mejor es no especular. Hay que ser muy cauteloso. Hay que evitar que intervengan la OTAN y la Federación Rusa y lograr que todo se vaya calmando. Hay que utilizar la vía diplomática”. Faramiñán cree que la OTAN “no puede ni debe intervenir. Además no es su zona, aunque eso le importa muy poco, igual que ocurrió con las Islas Malvinas”.
También Matías López cree que la OTAN debe permanecer al margen. “La OTAN es una alianza militar, aunque su perfil político ha adquirido mucha importancia en las últimas décadas, pero su participación en un conflicto en Ucrania no haría sino agravarlo y favorecer un enfrentamiento directo con Rusia, hoy por hoy impensable”.
Faramiñán , que acaba de llegar de Ucrania, adonde viaja con frecuencia, asegura que hasta este momento la UE ha actuado “con poca habilidad” en el conflicto ucraniano. “Quienes creemos que la UE es la solución para Europa pensamos que se necesitan líderes con mayor presencia y decisión. Lo han hecho muy mal. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Asthon, deberían haber negociado con el presidente ruso Vladimir Putin, haber encauzado el problema que se les ha ido de las manos. Ahora cada vez es más tarde para hacerlo. Tampoco la canciller alemana Angela Merkel ha estado a la altura de las circunstancias. El 80% del gas que consume Alemania viene de Rusia, por eso la menos beligerante con Putin ha sido ella”.
Tampoco el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, quien aseguró que el misil tierra aire había sido lanzado por prorrusos apoyados por Rusia, ha actuado como debería en opinión de ambos expertos. Matías López considera que como presidente, Obama “tiene la obligación de ser prudente, no de dar por hecho antes del resultado de una comisión independiente que el avión fue derribado por los prorrusos, y además acusar por ello abiertamente a Rusia... Esta retórica casi bélica es lo menos indicado. El Obama conciliador que ganó el premio Nobel de la Paz no puede arriesgarse a pasar a la Historia como el presidente que reabrió la Guerra Fría. Esta crisis, como tantas otras, pasará. Lo importante es saber si la herida que deje configurará para mal la relación Este-Oeste en el futuro próximo”.
Farmiñán va más allá y califica las declaraciones de Obama de “irresponsables” al acusar a Rusia. “Él sabe que el conflicto hay que pararlo por la vía diplomática porque también tiene intereses con Rusia. No podemos caer en una segunda Guerra Fría. No podemos empezar una confrontación mundial. Estados Unidos debe tranquilizarse”.
Matías López considera que para salir de esta situación, una vez que se aclare la autoría del ataque “Putin tendrá que dar explicaciones y garantías de que no será posible nada similar en el futuro; habrá que castigar a los culpables directos (probablemente unos incontrolados que se equivocaron y se pasaron de la raya), y sobre todo, habrá que avanzar en la cuestión crucial del estatus de las regiones prorrusas en Ucrania, probablemente mediante una fórmula federal”.