Washington.— Independientemente de quién gane en las elecciones de este martes, el presidente de la organización Republicanos a favor de una Reforma Migratoria, Carlos Gutiérrez, no tiene asomo de duda: Estados Unidos necesita de una reforma política de fondo para poner un alto al avance de los extremistas y el fin de una polarización en el Congreso, que hace imposible la negociación de leyes y acuerdos que saquen de las sombras a millones o que terminen con la creciente desigualdad en la nación más rica del planeta.

“Creo que se necesita una reforma política muy bien pensada. Porque bajo el actual esquema, donde hay ambiente de campaña permanente cada dos años, esto obliga a los políticos a ganar y, casi inmediatamente, a prepararse para su próxima campaña”, aseguró Gutiérrez.

“Además, está el problema de los extremistas. (Tras las últimas elecciones legislativas) los distritos se han reconfigurado para beneficiar ya sea a los republicanos, o a los demócratas (el denominado proceso de gerrymandering). Bajo este nuevo mapa electoral, el republicano ya no se preocupa por el demócrata, sino por un republicano que está en la extrema derecha”, consideró.

El siguiente paso, la presidencia. Gutiérrez adelantó, en una entrevista concedida a EL UNIVERSAL, que en caso de una victoria de los republicanos este martes, la siguiente meta será la lucha por la presidencia en donde políticos como Jeb Bush podrían ser la gran esperanza para recuperar al electorado hispano.

“Jeb Bush sería ideal. Su esposa es mexicana. Y habla español casi como nosotros. Es medio latino yo diría”.

Últimamente, a Carlos Gutiérrez, un veterano de las filas republicanas y un sufrido apóstol de la reforma migratoria, le persigue la sensación del arrepentimiento por seguir llevando sus vestiduras de republicano en un partido cada vez más arrinconado por los extremistas del Tea Party.

Pero, como Sísifo en su eterna escalada hacia lo imposible, Gutiérrez asegura que la necesidad de seguir dando la lucha en el seno de ese partido y a favor de quienes, al igual que él, han probado la hiel del temor y la zozobra como inmigrantes, bien merece la pena.

Republicanos quieren reforma. “Casi todos los republicanos que yo conozco están a favor de una reforma migratoria. Sólo los extremistas que actúan de forma irresponsable y que agitan el ambiente con palabras como amnistía, ignoran el problema de fondo. Y el problema no va a desaparecer porque echen mano de esa palabra. Esta es una actitud muy poco inteligente. Lo inteligente sería apostar por arreglar el problema. Conciliar posiciones y solucionar diferencias. Pero no con este tipo de actitudes irresponsables”.

En opinión de Gutiérrez, otro factor que incidirá en la reconquista de la base electoral hispana será la reacción de su partido a las órdenes ejecutivas que casi con toda seguridad anunciará el presidente Barack Obama en el frente migratorio antes de que concluya este año.

“Si el presidente (Barack Obama) amplía las órdenes ejecutivas, como el Programa de Acción Diferida (DACA) este mismo año, y si los republicanos se oponen a ello, pues las posibilidades de recuperar a esa base serán más complicadas”, reconoció.

Ex secretario de Estado de Comercio con George W. Bush, Carlos Gutiérrez también fue uno de los principales negociadores de la reforma migratoria que al final naufragó en 2007. Gran conocedor de México, donde escaló puestos desde vendedor hasta presidente ejecutivo de Kellog´s, Gutiérrez es actualmente presidente del Grupo Albright Stonebridge en Washington.