El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, advirtió ayer que es urgente que la “tragedia humana” provocada por la crisis de la masiva migración irregular terrestre de niñas, niños y adolescentes centroamericanos no acompañados a suelo estadounidense sea enfrentada con soluciones socioeconómicas que reciban “el decidido acompañamiento” de México y Estados Unidos.

Existe “urgencia de abordar de manera integral las causas estructurales que motivan la migración irregular”, recalcó Sánchez en una entrevista con EL UNIVERSAL, poco antes de viajar a Washington para unirse a los presidentes de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de Honduras, Juan Orlando Hernández, en una gestión para combatir los gérmenes de la migración anómala, como pobreza, desempleo, exclusión social, violencia y crimen organizado.

Los tres se reunirán con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, con legisladores demócratas y republicanos y con jerarcas de multinacionales y representantes de los organismos internacionales.

En una ofensiva diplomática conjunta en la capital estadounidense con patrocinio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el trío lanzará hoy la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, un plan cuyo costo debe ser definido y que busca contener la migración irregular en cinco años sobre cuatro pilares: desarrollo productivo, seguridad ciudadana, inversión en capital humano y fortalecimiento institucional.

La Alianza “es una iniciativa con un alto potencial para complementar los esfuerzos que hacemos como gobiernos en nuestros países con todos los actores de la sociedad, que sin duda fortalecerá nuestra identidad y actuar como región y que requiere para su éxito del decidido acompañamiento por la comunidad internacional, particularmente de los gobiernos de Estados Unidos y de México”, afirmó el mandatario.

El programa es una respuesta a la crisis que estalló este año en la frontera México-Estados Unidos, con la masiva migración de menores hondureños, guatemaltecos y salvadoreños sin compañía, en un fenómeno que, a juicio de Sánchez, “es ante todo una tragedia humana”.

“Soy optimista de que la Alianza logrará el acompañamiento y apoyo de otros países, organismos internacionales, del sector privado y de la sociedad en general”, adujo este gobernante de 70 años y primer ex comandante guerrillero que ejerce la presidencia de El Salvador.

El plan aborda “de forma efectiva y prioritaria” la exclusión social, generadora de violencia y migración, dijo Sánchez, quien asumió el pasado 1 de junio un quinquenio para un segundo gobierno consecutivo del ex-insurgente y ahora partido izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que condujo la guerrilla en el conflicto bélico de 1980 a 1992 en ese país.

El proyecto “está respaldado por un compromiso financiero y de ejecución de los tres gobiernos para crear nuevas de oportunidades de empleo y mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes, focalizándose en los territorios identificados como los de mayor flujo migratorio”, subrayó.

Centroamérica logró “avances importantes” en consolidar la democracia, con “esfuerzos significativos” para “asegurar derechos básicos, disminuir la pobreza y ampliar la participación e inclusión de toda la población”, pero todavía “hace falta avanzar mucho más”, admitió.