Berlín.— Bill y Melinda Gates luchan con su fundación, entre otras cosas, contra la epidemia de ébola. El fundador de Microsoft sostiene como “realista” la posibilidad de que se produzcan graves epidemias que amenacen a la humanidad, también en el futuro.

Durante su estadía en Berlín, el presidente de la Fundación Gates habla sobre los planes futuros y la lucha contra el ébola, que incluyen una nueva inyección de dinero para la Alianza Internacional para el Desarrollo de Vacunas (GAVI).

En África mueren más de medio millón de personas al año por malaria. Actualmente nos dedicamos al ébola. ¿Es éste el foco correcto?

—Tiene razón, más de 650 mil personas mueren por malaria. Es un problema constante que debemos solucionar. Sin embargo, el ébola es un caso urgente porque la enfermedad no sólo mata a muchas personas, sino que también se puede extender a muchos países. En las naciones afectadas por el virus los sistemas de salud se encuentran por los suelos. Por ello las personas mueren no sólo de ébola, sino también de malaria, entre otras enfermedades, y las mujeres mueren al dar a luz.

Debemos actuar con todas nuestras fuerzas en Liberia, Sierra Leona y Guinea. La clave es enseñar a la gente a no tocar los cuerpos de los enfermos o muertos. El camino es conseguir mejorar la capacidad y reputación de los centros de tratamiento para que las personas acudan a ellos antes de estar demasiado enfermas y contagiadas.

La fundación dispuso 50 millones de euros para la lucha contra el ébola. ¿Con qué fin concreto?

—Mandamos trabajadores a Liberia y Sierra Leona. Sin embargo, la mayor parte del dinero se destina a medios concretos como trajes de protección especiales y para el desarrollo de medicamentos y vacunas. Ahora hemos llevado unidades móviles de transfusión sanguínea porque vemos que la gente mejora más rápidamente tras transfusiones de sangre.

¿Hacen suficiente los países occidentales?

—La epidemia nos recuerda que las condiciones sanitarias en los países pobres son muy delicadas y que si no ayudamos a los países pobres existe la posibilidad de que nos enfrentemos a una amenaza mundial. En asuntos como la sanidad mundial, Alemania juega un papel cada vez más importante. Alemania ha elevado de manera significativa su contribución a los fondos globales para la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis.

¿Qué nos muestra la tragedia del ébola de cara al futuro?

—Tuvimos suerte porque si el ébola se hubiera transmitido más fácilmente se habría extendido mucho más. Y no hay duda de que en algún momento en los próximos 20 años surgirá una epidemia así. Debemos aprender del ébola: si fuimos muy lentos, si empleamos las herramientas correctas, si observamos los datos con atención. Debemos mirar hacia delante. Y ver dónde podemos hacerlo mejor en el caso de enfrentarnos a algo tan grande. DPA