Corría el rumor desde hacía años pero el rey y jefe de Estado se negaba abdicar. Eran muchos los que en la intimidad le pedían hacerlo argumentando su mala salud y su elevada edad. Sin embargo, él se negaba a hacerlo. No quiero irme en plena crisis económica, decía. Sin embargo, ayer, cuando nadie se lo esperaba, se confirmaba la noticia.

A sus 76 años el Rey Juan Carlos I decidía abdicar después de 39 años en el trono español, y el anuncio lo hacía el presidente del Gobierno, el conservador Mariano Rajoy (Partido Popular) en una declaración institucional realizada en el Palacio de la Moncloa. Así el monarca transmitirá la Jefatura del Estado a su hijo, el príncipe Felipe, que a sus 46 años reinará como Felipe VI, de conformidad con lo previsto en el artículo 57, 1º y 2º de la Constitución. Rajoy ha asegurado que su decisión se debe a razones personales que él mismo explicará.

Sin embargo, las razones tienen mucho que ver con la imagen de la monarquía española, que ha empeorado mucho en los últimos años. De hecho desde el año 2011 la institución suspende según los sondeos llevados a cabo por los sucesivos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas. Ello se debe a los numerosos escándalos protagonizados por algunos de sus miembros como Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, quien está acusado de los delitos de prevaricación, blanqueo de capitales, malversación, falsedad y dos de fraude fiscal por haberse apropiado de fondos de organismos públicos y privados aprovechándose de su condición del yerno del monarca y jefe del Estado español. Todo ello en un país que atraviesa una grave crisis económica con más de 6 millones de personas sin trabajo. Y también del propio rey que se rompió la cadera cuando se encontraba cazando elefantes en Botsuana con la que se rumoreó era su amante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein. También ha sido su mal estado de salud otra de las razones que esgrimían muchos. Ha sido operado en ocho ocasiones en tres años, se le ha extirpado un nódulo de un pulmón, se le ha operado de la rodilla derecha, del talón de Aquiles y de las dos caderas. Y además tiene una hernia discal, artrosis y está medio sordo de un oído.

Al parecer fue en el viaje a Oriente próximo del mes pasado cuando el rey meditó más en serio la posibilidad de abdicar. Y hoy se ha hecho pública su decisión que ha tomado por sorpresa a la mayoría de los españoles. Para mañana martes hay convocado un consejo de ministros extraordinario en el que se tramitará la abdicación del rey.

Con su decisión el rey sigue los pasos de algunos monarcas en Europa. El año pasado fue la reina Beatriz de Holanda quien renunció en favor de su heredero el príncipe Guillermo (1967), lo mismo que en julio hizo el rey de los belgas, Alberto II que resignó su cargo en su primogénito Felipe (1960).

El rey Juan Carlos es para muchos el hombre clave de la Transición española junto con el ex presidente Adolfo Suárez. Fue proclamado jefe de Estado y legítimo heredero de la dinastía Borbón por las cortes franquistas tras la muerte del dictador Francisco Franco. Y llevaba 39 años en el trono. Su hijo Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, ha salido hoy de El Salvador con destino a España, después de asistir a la ceremonia de investidura del nuevo presidente de este país centroamericano, Salvador Sánchez Cerén, y llegará a Madrid en las próximas horas.

Pese a su anuncio de abdicación, el rey mantendrá su encuentro el próximo lunes con el presidente Enrique Peña Nieto. Se tiene prevista una comida y una cena en el Palacio del Pardo.

jram