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El polémico retorno del último prisionero de guerra en Afganistán

J. Jaime Hernández / Corresponsal| El Universal
00:20Washington | Miércoles 04 de junio de 2014
El senador republicano John McCain arremeti contra Obama por

CRÍTICO. El senador republicano John McCain arremetió contra Obama por "el elevado precio" que ha pagado Estados Unidos para lograr el regreso del sargento Bergdahl. (Foto: REUTERS )

La liberación del sargento Bowe Bergdahl ha puesto al gobierno de Barack Obama y al soldado recuperado en la mira de los ataques

 Nunca antes el retorno de un prisionero de guerra había sido tan polémico, ni causado tantos sentimientos encontrados en Estados Unidos.

Tras la liberación del sargento Bowe Bergdahl de sus captores talibanes en Afganistán, el gobierno de Barack Obama se enfrentaba ayer a las aceradas críticas de los republicanos que le acusan de haber pagado un elevado precio por su liberación, mientras los antiguos camaradas de Bergdahl le acusan de traidor y desertor.

Al parecer, sólo los familiares y amigos de Bergdahl le esperaban con ilusión en un pequeño poblado de Idaho, mientras desde el Pentágono prometían una investigación a fondo para acallar las protestas y aclarar de una vez por todas si el soldado rescatado es un héroe o un desertor.

En medio de esta polémica, el caso del sargento Bergdahl conseguía ayer eclipsar el primer tramo del viaje del presidente por Polonia donde Obama se vió obligado a defender su decisión:

"Estados Unidos tiene una regla sagrada: nosotros no dejamos a uno de los nuestros atrás", dijo el presidente al enfatizar que, "independientemente de las circunstancias que han rodeado este caso, Estados Unidos ha conseguido recuperar a uno de los suyos".

Las explicaciones del presidente Obama han caído, sin embargo, en saco roto ante un grupo de republicanos que le acusan de haber violado la ley y, además, de haber intercambiado a Bergdahl por un grupo de cinco terroristas que, casi con toda seguridad, se reinsertarán en las células de Al Qaeda para amenazar la seguridad de Estados Unidos.

"El presidente violó la ley al no informar al Congreso 30 días antes de proceder al intercambio de prisioneros. Por eso, hemos decidido llevar a cabo audiencias para llegar al fondo de este asunto", aseguró el republicano y presidente del comité de servicios armados, Buck McKeon.

Aunque desde el Senado la poderosa presidenta del comité de inteligencia, Dianne Feinstein, no secundaba esta iniciativa, desde su oficina confirmaban que la senadora había recibido las disculpas de la Casa Blanca por haberla mantenido a oscuras y al margen de una operación en la que estaba de por medio la vida del último prisionero de guerra en Afganistán.

A su vez, el influyente senador republicano, John McCain, quien no cuestionó el poder del presidente como comandante en jefe para asegurar el retorno de un prisionero de guerra, arremetió sin embargo contra Obama por "el elevado precio que ha pagado el pueblo de Estados Unidos que a partir de ahora tiene que preocuparse de un equipo de terroristas altamente calificados".

McCain cuestionó así el canje del sargento Bergdahl por cinco prisioneros que fueron entregados al gobierno de Qatar y que hace apenas dos años eran caracterizados por el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, como "altamente peligrosos".

La liberación de Mullah Mohammad Fazl, Mullah Norullah Noori, Abdul Haq Wasiq, Khairullah Khairkhwa y Mohammed Nabi Omari, todos ellos especialistas en tácticas militares y de inteligencia que formaron parte de la estructura política del movimiento talibán, ha sido interpretada por algunos analistas como el principio del fin para el centro de detención de Guantánamo que el presidente Obama prometió cerrar desde que llegó a la Casa Blanca en 2009.

A la polémica generada por el intercambio de Bergdahl se ha sumado en el curso de las últimas horas, la reorganización de un grupo de sus antiguos camaradas que han decidido dar un paso al frente a través de las redes sociales y los medios de comunicación para criticar el retorno de un soldado que desertó de su puesto en 2009 y dio pie al inicio de una operación de búsqueda y rescate en la que se dejaron la vida varios de sus compañeros.

"Bowe Bergdahl desertó de su puesto en tiempos de guerra y, al menos, seis soldados perdieron la vida durante su búsqueda", aseguró Matt Vierkant, quien forma parte de un grupo de viejos compañeros de armas que se han constituído en un auténtico pelotón de fusilamiento contra Bergdahl.

Otros camaradas consultados por medios como The New York Times, por mediación de varios operadores del partido republicano, se han sumado a ésta ofensiva que busca evitar el retorno de Bergdahl como un héroe de guerra y, al mismo tiempo, presentar al presidente Obama como un incompetente que ha causado más daños que beneficios con este canje de prisioneros.

Mientras, desde una base militar en Alemania, el sargento Bergdahl, el último prisionero de guerra en Afganistán, se encontraba bajo un proceso de recuperación y sometido a un proceso de investigación para esclarecer las condiciones en las que abandonó su puesto o fue capturado en 2009.

Por el momento, el comité de recibimiento que le espera ansioso en su natal estado de Idaho, deberá aguantar el chaparrón de las críticas de quienes le consideran como un traidor y un desertor.

Un convencimiento sustentado, en principio, por un informe interno del Pentágono al que ha tenido acceso la agencia AP y en el que se establece, desde 2010, que el sargento Bowe Bargdahl abandonó su puesto y a sus camaradas para posteriormente ser exhibido como un prisionero y trofeo por las guerrillas talibán.

jlc



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