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El ébola y el estigma de la pobreza

Verónica Rosas González| El Universal
00:20Lunes 25 de agosto de 2014
Residentes de West Point, un rea en cuarentena en Liberia, discuten con un polica, mientras espera

MONROVIA. Residentes de West Point, un área en cuarentena en Liberia, discuten con un policía, mientras esperan que sus parientes les lleven comida. (Foto: ARCHIVO REUTERS )

Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria atraviesan por una crisis sin precedentes a causa del virus. La falta de recursos propicia y empeora la situación

veronica.rosas@eluniversal.com.mx

Liberia, Sierra Leona, Guinea y Nigeria enfrentan en estos días un brote de ébola que ha dejado mil 427 muertos, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El mortal virus ha puesto en evidencia las deterioradas condiciones de vida en estos países de la empobrecida África occidental, donde una economía dañada por años de guerras internas, la ignorancia y la falta de infraestructura -como la sanitaria-, han facilitado el surgimiento, primero, e impedido ponerle coto, después, a una enfermedad que amenaza con expandirse dentro de sus fronteras.

La publicación especializada The New England Journal of Medicine reportó a principios de este mes que los epidemiólogos habían ubicado al "paciente cero" del actual brote de ébola (un pequeño de dos años que murió en diciembre de 2013 contagiando a su madre, su hermana y su abuela, que también perecieron) en el poblado guineano de Guéckédou, en la frontera con Liberia y Sierra Leona. Allí se ubica un mercado en donde convergen pobladores de los tres países.

Desde principios de año entre los habitantes locales comenzó a hablarse de una enfermedad que se estaba extendiendo por la zona, pero no fue hasta marzo que se declaró que se trataba de ébola. La falta de una infraestructura adecuada de comunicación entre las distintas comunidades dificultó que la información corriera más rápido para poder rastrear y mapear el brote, lo que impidió tomar providencias no sólo al interior de Guinea sino en los países vecinos.

Así fue como el virus pronto pasó de Guinea a Liberia y Sierra Leona. En el primer país van 406 muertos, en el segundo 624 y en el tercero 392. La enfermedad llegó a Nigeria a finales de julio, cuando el liberiano-estadounidense Patrick Sawyer viajó desde Liberia a Lagos, la región más poblada de Nigeria, donde falleció de la enfermedad. En este último país han muerto ya cinco personas, todas contagiadas por Sawyer.

En varios medios se ha hablado de algunas costumbres locales, como vestir y tocar a los muertos, como una de las principales causas por las que la enfermedad se ha expandido. Sin embargo, más allá de los usos y costumbres, la pobreza es un factor determinante.

El Índice de Desarrollo Humano de la ONU 2014, que mide la salud, educación y riqueza de un país, ubica a estos países en los últimos lugares: Nigeria (152), Liberia (175), Guinea (179) y Sierra Leona (183), de una lista de 187 naciones.

En un artículo para la revista The New England Journal of Medicine, Margaret Chan, directora de la OMS, ha sido contundente: "Guinea, Liberia y Sierra Leona están entre los países más pobres del mundo. Hace poco que salieron de años de conflicto y guerra civil, lo que dejó sus sistemas de salud destruidos o muy dañados y en algunas áreas dejó a una generación de niños sin educación". Además, Chan afirma que en esos países hay sólo uno o dos doctores por cada 100 mil personas y se concentran en las zonas urbanas.

A su vez, la pobreza deriva en falta de infraestructura adecuada. El agua potable no es de fácil acceso y en muchas zonas rurales y aisladas la defecación al aire libre es una práctica común. La falta de recursos hace que mucha gente busque alimentos en la selva.

De acuerdo con el libro Ebola Culture, and Politics: The Anthropology of an Emerging Disease, de Barry S. Hewlett y Bonnie L.Hewlett (2007), "la transmisión de animales no domesticados ocurre a menudo en áreas rurales en África, porque la carne de animales domesticados no está disponible y la de animales no domesticados es una importante fuente de proteína. Monos y simios (gorilas y chimpancés) mueren de ébola. La gente que entra en contacto con ellos puede infectarse. En áreas urbanas, hospitales y clínicas no esterilizados se pueden convertirse en centros de distribución de
la enfermedad".

En ese mismo sentido, un artículo publicado por la revista PLOS Medicine afirma que "la pobreza lleva a la gente a expandir su rango de actividades para sobrevivir, adentrándose en la selva para extender el margen geográfico y de especies para cazar y encontrar madera extendiendo el riesgo de exponerse al virus del ébola y otros patógenos (...) La situación empeora cuando el infortunado infectado se presenta a una instalación sanitaria empobrecida que no tiene guantes, agujas limpias y desinfectantes, dejando a pacientes y personal sanitario vulnerable por igual a la transmisión. El ciclo se amplifica cuando la persona infectada en el hospital regresa a su casa a incubar el virus".

A principios de agosto el Banco Mundial (BM) anunció un paquete de ayuda de emergencia para Liberia, Guinea y Sierra Leona de 200 millones de dólares, destinado a disminuir el impacto económico del ébola y a mejorar los sistemas de salud en la zona. En un comunicado de prensa, la institución señaló que una evaluación inicial de la situación prevé una caída del PIB de entre 4.5 y 3.5% en esos tres países, al tiempo que indica que la agricultura se ha visto afectada, toda vez que los trabajadores rurales están dejando sus tierras para huir del ébola.

Como resultado de la crisis, muchos países han tomado medidas que afectan la economía de la región, como la suspensión de vuelos. Además, el comercio interregional ha bajado, según el BM, y muchos proyectos se ha detenido.

Aunado a todo esto, en la zona ha cundido el pánico entre el personal médico, que se niega en algunos casos a ir a trabajar por temor a infectarse. Según la OMS, han muerto unos 130 trabajadores de salud y 225 están infectados. Y en Nigeria, 16 mil médicos fueron despedidos a mediados de agosto, tras siete semanas en huelga exigiendo mejores salarios y condiciones laborales. Son menos los que luchan contra la enfermedad.

Bajo estas condiciones, se han establecido cordones de seguridad en las fronteras y el personal militar ayuda a resguardar las poblaciones rurales afectadas, que han quedado más aisladas, causando en la gente enojo y miedo.

En Liberia, el país más afectado por el virus, se ha puesto a poblados enteros en cuarentena. Algunos medios han dicho que la medida recuerda a los "pueblos de la plaga" de la Europa medieval. El caso de West Point, el barrio pobre más grande del país, ilustra muy bien los efectos de estas decisiones: la gente se enfureció con la cuarentena, instrumentada el 20 de agosto y aunada a un toque de queda, argumentando que no les habían avisado.

Los disturbios no se hicieron esperar; las tropas repelieron a los manifestantes y el enojo va en aumento. En la entidad la gente carece de agua potable en sus hogares y los precios de los alimentos en el mercado local se han duplicado. La gente está preocupada. Alpha Barry, un habitante de West Point, dijo a la agencia Reuters: "Vimos el bloqueo esta mañana. Salimos y no pudimos ir a ninguna parte. No tengo nada de comida y tenemos miedo".

Karin Landgren, representante especial del secretario general de la ONU, ha advertido que la situación amenaza "la salud pública general, la seguridad alimentaria, la integridad física y la economía nacional".

La cuarentena aplica a otras aldeas, donde la gente no tiene acceso a medicinas ni alimentos. Citado por Reuters, Tarnue Karbbar, de la ONG Plan Internacional en Lofa, afirma que "si no llegan medicamentos, alimentos y agua suficientes la comunidad buscará comida por sus medios, y eso podría llevar a una mayor propagación del virus".

Ante este desolador panorama, Margaret Chan asevera que la solución a la crisis llevará meses y afirma: "La experiencia nos dice que los brotes de ébola pueden contenerse, incluso sin una vacuna o cura. Pero la formidable combinación de pobreza, sistemas de salud disfuncionales y miedo no indica un pronto fin a este brote".

Combatir la pobreza, invertir en salud y educación, así como mejorar la infraestructura en estas naciones y la calidad de vida de su gente, con ayuda de la comunidad internacional, es un imperativo para evitar la aparición y expansión de brotes como el que hoy asolan la región, amenazando con extenderse y causando miedo en todo el mundo.



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