Combatientes del grupo radical islámico Boko Haram, vestidos con el uniforme del ejército de Nigeria, mataron a unos 200 civiles en tres comunidades del noreste del país, con lo cual la milicia ha causado casi dos mil muertos este año.

Los insurgentes asaltaron el lunes pasado las localidades de Attagara, Agapalawa y Agan, todas en el distrito de Gwoza y cerca de la frontera con Camerún, sin que el ejército acudiera a su ayuda pese a que se le había advertido de la inminencia de uno de los ataques.

Habitantes de Gwoza, en el estado de Borno, habían solicitado al ejército el envío de soldados para que protegieran la región al enterarse que Boko Haram estaba a punto de perpetrar una agresión, pero la ayuda nunca llegó, denunciaron testigos de la matanza.

Muchos de los sobrevivientes, sobre todo mujeres y niños, huyeron al vecino Camerún, según el diario nigeriano The Punch.

La matanza fue confirmada por Mohammed Ali Ndume, un senador de Borno oriundo de Gwoza, así como por un funcionario de seguridad en Maiduguri.

A tres días de la masacre, los sobrevivientes relataron que los supuestos militares llegaron en 10 carros del ejército, les aseguraron que estaban allí para protegerlos y les pidieron que se congregaran en el centro del pueblo.

"Cuando estuvimos reunidos empezaron a disparar gritando 'Alá es grande'" , explicó un líder local que perdió a cuatro hermanos en la masacre.

Indicó que la matanza desencadenó las represalias de los vecinos, que persiguieron a los atacantes y lincharon a varios de ellos.

Boko Haram, que busca el establecimiento de un Estado islámico en Nigeria, se ha apoderado de aldeas en el noreste del país, además ha matado y aterrorizado a civiles y dirigentes políticos.

Los operativos de Boko Haram en el noreste de Nigeria han causado más de 300 muertos en las últimas dos semanas, cerca de dos mil en lo que va de este año y más de 12 mil en los últimos cinco años.




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