Las autoridades brasileñas laboran hoy para analizar las causas del accidente aéreo en el que murió Eduardo Campos, candidato presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB), mientras expertos debaten sobre el impacto en los comicios.

Los equipos de rescate, bomberos y peritos seguían trabajando en el lugar del accidente -un complejo de edificios en una zona residencial de la ciudad de Santos, a 60 kilómetros de Sao Paulo- con el objetivo de recabar elementos que expliquen la tragedia.

La caja negra del jet privado que cubría la ruta Río de Janeiro-Sao Paulo fue hallada y enviada a Brasilia para ser analizada, pero todavía no logran encontrar en el cráter abierto por el accidente los restos de la cabina, como consecuencia de los daños sufridos por la aeronave.

El impacto del avión Cessna 560 XL fue tan violento y, probablemente, precedido de una explosión, que los restos mortales calcinados de los siete tripulantes no pudieron ser identificados in situ y tuvieron que ser transportados al instituto médico legal de Sao Paulo en 11 bolsas para ser analizados por equipos forenses.

El día después de la tragedia, que conmocionó a todo Brasil y probablemente suponga un vuelco en las previsiones para las elecciones presidenciales del 5 de octubre próximo, el país se pregunta cómo pudo suceder el accidente.

Aunque la tesis dominante es que el mal tiempo y las difíciles condiciones meteorológicas de la zona provocaron el accidente, la prensa especula con la posibilidad de que la aeronave -alquilada por una compañía azucarera en malas condiciones financieras- tuviera fallas.

El PSB -tercero en la campaña presidencial, con 8.0 por ciento de la intención de voto- deberá decidir en los próximos 10 días quién sustituye a Campos como candidato de la formación.

La mejor situada es su vicepresidenta de campaña, Marina Silva, una política de izquierda, ecologista y popular entre las clases progresistas acomodadas urbanas que ya fue candidata en 2010 por el Partido Verde y quedó tercera en la contienda electoral.

Los analistas señalan que, de confirmarse su candidatura, ello podría causar aún mayor incertidumbre sobre el ganador de los comicios, en especial porque en la última encuesta realizada con Silva como eventual candidata, esta mujer licenciada en Historia obtenía 26 por ciento de los votos.

Los politólogos aseguran que Silva lograría obtener votos del electorado de la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda radical) y de su principal contrincante, Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro-derecha).

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