Amnistía Internacional (AI) exigió hoy justicia "urgente" para las víctimas de la masacre de la mina sudafricana de Marikana, ocurrida hace dos años cuando la Policía mató a tiros a 34 mineros durante una protesta.

"Dos años después de los tiroteos de Marikana, es más urgente que nunca la plena cooperación con la investigación y la rendición de cuentas tanto por los homicidios ilegales como por el encubrimiento de estos crímenes", afirmó en un comunicado el director regional de AI en el sur de África, Deprose Muchena.

La matanza sucedió el 16 de agosto de 2012 en esa explotación de platino, donde las fuerzas de seguridad abrieron fuego indiscriminado contra miles de empleados que -armados con lanzas, bastones y machetes- se habían hecho fuertes en una colina.

Aparte de los 34 muertos, más de setenta personas resultaron heridas en la mina de Marikana, a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, un suceso que provocó una enorme conmoción en Sudáfrica.

"Lograr la plena rendición de cuentas en este caso no es sólo vital para las víctimas de Marikana y sus familias, sino que también es esencial para garantizar el respeto y la protección de los derechos humanos en Sudáfrica", añadió Muchena.

En palabras de AI, la Policía actuó bajo una decisión "ilegal" y utilizó "fuerza letal injustificada contra los mineros".

Esta intervención policial fue el incidente más sangriento ocurrido en el país austral desde 1994, año del desmantelamiento del "apartheid", el régimen de segregación racial impuesto hasta entonces por la minoría blanca sudafricana.

La violencia generada por la huelga, que apoyaron miles de mineros para reclamar una mejora salarial, ya había causado el fallecimiento de diez personas -entre ellos dos policías y dos guardias de seguridad- en semanas precedentes, lo que elevó a 44 el total de víctimas mortales durante el conflicto en la mina.

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