Autoridades en Dallas, Texas, reconocieron hoy que se cometieron fallas en la respuesta que se dio al primer caso de ébola diagnosticado en Estados Unidos.

El alcalde de Dallas, Mike Rawlings, admitió este domingo que las autoridades de salud "fueron lentas" en responder a las necesidades requeridas para establecer un cerco epidemiológico inmediato y efectivo.

Sin embargo, dijo, se tomaron medidas para monitorear a quienes estuvieron en contacto con Thomas Eric Duncan, diagnosticado con ébola el pasado martes y dijo que "Dallas está seguro y está en calma" .

En declaraciones al programa "This Week" de la cadena nacional de televisión ABC, Rawlings, citó que el trabajar con al menos cinco jurisdicciones diferentes que respondieron al caso "uno se mueve más lento de lo que se desea" .

"Me hubiera gustado haberlo hecho más rápido, pero creo que lo hemos acelerado y todo el mundo sabe lo que está pasando ahora", indicó. comisionado de Salud de Texas, David Leaky, señalo que "ninguna respuesta a una situación de emergencia es perfecta" y dijo que han existido retos en las acciones asumidas para responder a la emergencia.

Sin embargo, indicó que "este proceso probado y verdadero está funcionando en Dallas" .

"Los médicos y hospitales en Texas están bien entrenados y han respondido a amenazas para la salud pública en los últimos años. Tenemos una historia de contener con éxito la propagación de enfermedades y la protección del público y estoy seguro de que vamos a hacer lo mismo con el ébola" , dijo Leaky en una declaración escrita.

Las críticas sobre cómo se respondió al primer caso de ébola en el país, comenzaron tras conocerse que el paciente no fue admitido la primera vez que buscó tratamiento médico en el Hospital Texas Health Presbyterian de Dallas y siguieron por la forma en que se respondió para establecer el cerco epidemiológico para contener el virus.

Duncan, un ciudadano de Liberia, llegó procedente de su país a Dallas el pasado 20 de septiembre para visitar familiares y comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad cuatro días después.

Duncan acudió a la sala de emergencias del Hospital Texas Health Presbyterian la noche del pasado 25 de septiembre. Según el hospital, se presentó con una temperatura de 37.8 grados centígrados, dolor abdominal, dolor de cabeza y disminución de la orina.

En su visita, Duncan le informó a una enfermera que había estado en África. Funcionarios del hospital explicaron en un principio el pasado jueves, que dicha información no fue transmitida a través de la forma electrónica de historia clínica del hospital.

Sin embargo, un día después, el hospital rectificó la versión y aclaró en un comunicado que "la historia de viajes del paciente fue documentada y disponible al equipo de atención plena en la historia clínica electrónica, incluida dentro del trabajo de los médicos".

Pero no fue admitido y fue enviado a casa con una receta para un medicamento que se supone debería bajarle la fiebre. El paciente regresó al hospital en ambulancia el pasado domingo 28 de septiembre. Su prueba de ébola dio positivo el martes 30 de septiembre. Pero la serie de fallas, no terminaron tras el diagnostico.

Los miembros de la familia que había albergado a Duncan en su apartamento y con quienes había tenido contacto directo pudieron salir y mezclarse con la gente al no emitirse de inmediato ninguna restricción. estudiantes que convivieron con Duncan en el apartamento acudieron a sus escuelas por dos días después del diagnóstico.

Fue hasta el 1 de octubre que se ordenó colocar a la familia bajo cuarentena dentro de su apartamento, el mismo día que llegó a Dallas un equipo de 10 especialistas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para ayudar con investigación de rastreo y monitoreo de las personas que habrían estado en contacto con Duncan.

Hasta el momento han sido identificadas 114 personas como posible contacto. Las autoridades redujeron a 50 la lista de personas a monitorear, de las cuales 10 fueron ubicadas en "alto riesgo" por tener contacto directo con el paciente, miembros de la familia y personal del hospital.

Hasta este domingo, de acuerdo con las autoridades federales y estatales de salud, ninguna de las personas ha dado signos de haber contraído la enfermedad.

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