Zimmerman no testificará en juicio en su contra
JUICIO De ser declarado culpable de asesinato en segundo grado, Zimmerman podría afrontar una condena de cadena perpetua. (Foto: ARCHIVO/EL UNIVERSAL )
El ex vigilante voluntario de origen hispano George Zimmerman, de 29 años, acusado de asesinato en segundo grado por la muerte en 2012 en Florida del adolescente negro desarmado Trayvon Martin, de 17, declinó hoy subir al estrado para testificar.
"Mi decisión, tras consultar con mis abogados, es de no testificar", dijo Zimmerman a la jueza encargada del caso Debra Nelson, quien había insistido en que fuera el propio vigilante el que respondiera a esta cuestión.
Previamente, la jueza se había mostrado molesta con la defensa del vigilante de barrio voluntario por querer evitar que su cliente fuera el que respondiera, algo que finalmente hizo, tras pedir más tiempo para tomar la decisión.
Aseguró a la magistrada que había tomado esta decisión por voluntad propia, sin recibir ninguna tipo de promesa ni amenaza o presión.
Tras tres semanas de juicio y una jornada maratoniana el martes pasado, la defensa de Zimmerman presentó este miércoles los alegatos finales en este juicio que ha conmocionado Estados Unidos y convertido este proceso judicial en uno de los más mediáticos de los últimos años.
Hoy subió al estrado a declarar el padre del ex vigilante, Robert Zimmerman, quien afirmó ante el jurado compuesto por seis mujeres (una de ellas hispana) que los gritos que se escuchan en una grabación telefónica de una llamada al 911 (línea de atención policial) son los de su hijo.
"Absolutamente es mi hijo", subrayó el padre del acusado, quien, a preguntas de la Fiscalía, señaló que escuchó la grabación en una dependencia de las autoridades locales un número indeterminado de veces, quizá más de media docena. "Era su voz (la de su hijo)", reiteró.
De ser declarado culpable de asesinato en segundo grado, Zimmerman podría afrontar una condena de cadena perpetua.
Martin murió el 26 de febrero de 2012 de un tiro a quemarropa en la urbanización de la pequeña población de Sanford (centro de Florida) por donde patrullaba Zimmerman, el acusado.
Este martes, el veterano forense patólogo Vincent Di Maio declaró que las pruebas físicas señalan que el disparo de Zimmerman fue a bocajarro, con el cañón de la pistola en contacto con la ropa del muchacho, y que este se encontraba inclinado sobre el ex vigilante de barrio voluntario, lo que confirmaría la versión del hispano.
La versión de Zimmerman sobre su actuación en defensa propia se fundamenta en que Martin le pegó un puñetazo en la nariz, le empujó y, al caer al suelo, el muchacho se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a golpearle y sacudir su cabeza contra el suelo, por lo que tuvo que dispararle.
La grabación telefónica que recoge las voces y gritos que se escuchan en la llamada que una vecina hizo a la línea de atención policial para alertar sobre la reyerta se ha convertido en uno de los ejes del testimonio de ambas partes.
Sybrina Fulton, madre de muchacho negro, declaró con firmeza el viernes pasado que los gritos que se oyen en la llamada a la policía son los de su hijo pidiendo ayuda.
Fulton reiteró en su declaración jurada lo que ya había expresado desde que comenzó el caso que ha convertido este proceso judicial en uno de los más mediáticos de los últimos años en el país: que los gritos que se escuchan en la grabación pidiendo ayuda son los de su hijo menor.
Pero tanto la madre como el padre y varios amigos de Zimmerman reclaman que los gritos que se escuchan corresponden al ex vigilante voluntario.
jlr