Fuerzas de seguridad chinas dispararon contra una multitud de tibetanos que exigían la liberación de un vecino detenido por no obedecer órdenes de desplegar la bandera china, reportó una radio respaldada por Estados Unidos.

La policía china también disparó gas lacrimógeno a otro grupo que protestaba el domingo en el Condado Biru de la Región Autónoma del Tíbet, reportó Radio Free Asia el martes.

El reporte, que citó a fuentes tibetanas locales no identificadas, no pudo confirmarse independientemente. Funcionarios del Partido Comunista local y del gobierno no respondieron a llamadas telefónicas o colgaron poco después de responder.

La Campaña Internacional por el Tíbet (ICT, por sus siglas en inglés) reportó anteriormente que las autoridades habían intensificado la presencia de efectivos de seguridad en el Condado Biru y zonas aledañas después que vecinos se negaron a desplegar banderas chinas para conmemorar el Día Nacional el 1 de octubre.

El ICT, un grupo tibetano que defiende los derechos, dijo que equipos del gobierno fueron enviados a Biru, llamado Driru en tibetano, antes de la fecha nacional, para obligar a los vecinos a mostrar la bandera, como parte de un esfuerzo intensificado de hacer cumplir la lealtad al Partido Comunista.

En los acontecimientos del domingo, los manifestantes pedían la liberación de un vecino, Dorje Draktsel, detenido la semana pasada después de participar en una manifestación contra la orden de desplegar la bandera, reportó the Radio Free Asia.

El autoproclamado gobierno tibetano en el exilio, con sede en la India, dijo que había recibido informes de los hechos en Driru pero tenía pocos detalles que ofrecer. El portavoz Tashi Phuntsok dijo por teléfono que tibetanos exiliados habían escuchado que algunos manifestantes fueron lesionados, pero no sabía cuántos.

China reclama desde hace siglos el Tíbet como parte de su territorio, mientras que los tibetanos afirman que eran un pueblo prácticamente independiente antes de la ocupación del ejército comunista en 1950.

Muchos tibetanos alegan que las políticas económicas de Beijing en la región del Himalaya han beneficiado en lo fundamental a los migrantes chinos que no les gusta los estrictos límites que el gobierno impone sobre el budismo y la cultura tibetana. Por su parte China dice que ha hecho grandes inversiones para mejorar la economía de la zona y la calidad de vida de los tibetanos.

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