Al menos 23 talibanes murieron en una emboscada a una patrulla del Ejército paquistaní cuando trataban de socorrer a otros soldados que habían sufrido un atentado en el noroeste de Pakistán, informaron hoy fuentes militares.

El tiroteo entre los insurgentes y las fuerzas paquistaníes, que se prolongó durante horas, se produjo ayer en la zona de Miralí, en la región tribal de Waziristán del Norte, y en el choque resultaron heridos también tres soldados, según recoge el medio local Dawn.

Los miembros del Ejército paquistaní atacados se dirigían a un puesto de control que horas antes había sufrido un atentado en el que murieron cinco soldados y donde otros 34 habían resultado heridos.

El ataque se llevó a cabo con una furgoneta cargada de explosivos mientras los soldados rezaban en una mezquita adyacente al control de seguridad, dijo una fuente de seguridad al diario local The Express Tribune, que añadió que el atentado derrumbó la mezquita.

Los heridos fueron trasladados a un hospital y el Gobierno local impuso entonces el toque de queda para llevar a cabo los trabajos de rescate.

Ansarul Mujahideen, un pequeño grupo militante vinculado a los talibanes pakistaníes (TTP), reclamó la responsabilidad del ataque, llevado a cabo como venganza por la muerte del líder del TTP, Hakimulá Meshud, en un bombardeo de un avión espía estadounidense.

Waziristán del Norte es una de las siete demarcaciones que forman el cinturón tribal paquistaní fronterizo con Afganistán, y es considerado el principal bastión de los talibanes locales y de otras facciones yihadistas que operan a ambos lados de la frontera.

El TTP, creado en 2007, es la principal organización insurgente con base en Pakistán y está detrás de la mayor parte de las acciones terroristas que han ocurrido en suelo paquistaní desde su fundación.

jram