La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, invitó hoy al Papa Francisco a visitar su país durante una audiencia privada que sostuvieron ambos en El Vaticano.

Poco antes de las 10:30 horas local (09:30 GMT), la mandataria llegó hasta el segundo piso del Palacio Apostólico acompañada por una delegación de 12 personas. Cuatro minutos después fue saludada por el pontífice en la Sala del Troneto.

Allí, en la antecámara de la biblioteca papal, se estrecharon la mano: "Encantada, mucho gusto", dijo Chinchilla. "Quiero que se sienta en su casa", respondió Jorge Mario Bergoglio.

Enseguida ambos se sentaron ante un gran escritorio, dentro de la biblioteca, donde dialogaron cara a cara durante unos 25 minutos. Luego tocó el turno a la presentación de la comitiva costarricense.

Entre los funcionarios destacaron el canciller Enrique Castillo, el ministro de las Comunicaciones, Carlos Roversi; el embajador Fernando Sánchez y la diputada del Partido de Liberación Nacional, Ileana Bremes.

Inmediatamente después tuvo lugar un intercambio de regalos. Chinchilla obsequió al obispo de Roma unas estolas confeccionadas a mano por indígenas de su país y adornadas con diseños realizados con tintas naturales.

"Así se las pone cuando venga a Costa Rica", fue la invitación de la presidenta.

En contraparte el Papa obsequió unas medallas de su pontificado y un ejemplar del Documento de Aparecida, las conclusiones de la cumbre de obispos de América Latina que tuvo lugar en 2007 en esa ciudad de Brasil.

Tras despedirse de Bergoglio, la mandataria se reunió -también en privado- con el responsable para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Dominique Mamberti.

jram