MADRID.— España vivió ayer una tragedia ferroviaria. Pasadas las 20:00 horas (locales), un tren procedente de Madrid y con destino Ferrol, en La Coruña, con 218 pasajeros a bordo, descarriló en una curva muy pronunciada situada a apenas dos kilómetros de la estación de la ciudad de Santiago de Compostela, Galicia, provocando la muerte de al menos 65 personas y dejando más de 100 heridos.

Varios vagones estaban volcados y el penúltimo quedó completamente destrozado. Testigos reconocieron haber visto muchos cadáveres esparcidos por el suelo, y muchas personas aún estaban bajo las vías a la espera de ser rescatadas. Los dos maquinistas lograron sobrevivir. Es el primer accidente que se produce en España en una vía de alta velocidad.

Hasta anoche se desconocían las causas del accidente. El Ministerio del Interior descartó que fuera un atentado, mientras algunas fuentes apuntaban al exceso de velocidad, aunque en algunos tramos el maquinista no puede entrar a la velocidad que quiere ya que tiene unos topes que se lo impiden. Será el ‘teloc’, la caja negra del tren, el que aclarará las causas del siniestro.

Según pasajeros que lograron salvar la vida, el tren iba muy rápido cuando agarró la curva y se salió de la vía mientras la máquina de atrás comenzó a arder. Al parecer, los cuatro primeros vagones volcaron, el siguiente salió volando hasta un grupo de casas que se encontraban a 15 metros de distancia y otro chocó con el que le precedía y quedó completamente destrozado.

Tras el accidente la escena era dramática. Unos vagones encima de otros, mucha gente gritando atrapada tratando de salir, en tanto el motor de una de las máquinas, una mole inmensa, ardía tras haber salido despedido a algunos metros de distancia.

La fatalidad quiso que el vehículo estuviera lleno, puesto que la mayoría de los pasajeros viajaban desde Madrid a la comunidad gallega por el puente del Día de Galicia, que comienza hoy que es festividad de Santiago, pero desde ayer se iban a lanzar fuegos artificiales, acto que fue suspendido, igual que todos los demás festejos.

El accidente se produjo en una curva en la que la velocidad está limitada a 80 km por hora, al ubicarse cerca del casco urbano de Angrois. El tren, un Alvia 151, prestaba servicio desde junio de 2012, pertenece a la Serie 730 de la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (Renfe) y se utiliza en largos recorridos porque es un tren de alta velocidad de ancho variable. Es decir, puede circular tanto por vías normales como por las que utiliza el AVE.

Nada más producirse el accidente, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado enviaron efectivos a la zona, así como a los bomberos que, ayudados por la policía, trataron de sacar a los heridos atrapados con una enorme grúa. Muchos vecinos se trasladaron al lugar con mantas y sábanas para ayudar en las labores de rescate e incluso algunos trasladaron a sus heridos a los hospitales en sus vehículos particulares.

Los medios de comunicación interrumpieron sus emisiones para informar de lo ocurrido y solicitaron donaciones de todo tipo de sangre para los heridos que fueron trasladados al Hospital Clínico, pero advirtieron a los donantes que debían acudir al Centro de Transfusión de Galicia, ya que el Hospital Clínico se colapsó a las pocas horas del accidente.

Hasta el lugar de los hechos se trasladó el presidente de la Xunta (gobierno autónomo de Galicia), el conservador Alberto Núñez Feijóo (Partido Popular), así como el delegado del gobierno, Samuel Juáre, y la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Hoy llegará el presidente del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, quien ayer convocó a una reunión de emergencia.

Este es el tercer accidente ferroviario más grave en la historia de España, tras el ocurrido en 1944 cerca de la estación de Torre del Bierzo, en el que pudo haber hasta 500 víctimas mortales, aunque la censura oficial lo redujo hasta 78, y el de la línea Cádiz-Sevilla en 1972, con 77 muertos.

El gobierno de México externó ayer sus condolencias al pueblo de España, a través de la cuenta de Twitter de la cancillería.