WASHINGTON.— En un acto inédito y fuera de agenda, el presidente estadounidense Barack Obama habló ayer en primera persona para mostrar su empatía hacia una comunidad afroestadounidense indignada y frustrada por el fallo judicial de una corte de Florida que declaró no culpable al asesino de Trayvon Martin, un joven adolescente de 17 años de raza negra, y dejó en evidencia la iniquidad en la impartición de justicia en Estados Unidos.

Sin llegar al extremo de cuestionar la validez del fallo judicial que exoneró al vigilante voluntario George Zimmerman, quien asesinó a Martin, Obama señaló que “si la víctima hubiera sido un adolescente blanco, el desenlace hubiera sido distinto”.

“En el pasado dije que Trayvon Martin podría haber sido mi hijo. Y bajo esta misma lógica puedo decir que yo mismo pude haber sido Trayvon Martin hace 35 años”, aseguró Obama.

“En Estados Unidos hay muy pocos ciudadanos afroamericanos que no hayan sido objeto de vigilancia y seguimiento mientras hacen sus compras en tiendas departamentales. Y en este grupo me incluyo yo. En este país, hay muy pocos ciudadanos afroamericanos que no hayan experimentado la sensación de escuchar la forma en que las personas ponen los seguros de sus coches cuando los ven cruzar la calle. Y en este grupo me incluyo yo. Me pasó hasta que me convertí en senador”, dijo Obama al revelar, por primera vez que, como joven, él mismo experimentó el recelo de policías y de la comunidad blanca en general por el sólo hecho de ser de raza negra.

En un emotivo disurso, Obama recordó que las estadísticas demuestran que hay un “historial de disparidades raciales a la hora de aplicar las leyes criminales, desde la pena de muerte a las leyes sobre consumo de drogas” y que, ello, “hasta cierto punto, contribuye a la sensación de que si un adolescente blanco se viera involucrado en el mismo escenario, tanto el resultado como las cosecuencias podrían haber sido distintas”.

Martin, de 17 años, paseaba desarmado en Sanford, Florida, el 26 de febrero de 2012 cuando Zimmerman, que actuaba de vigilante voluntario del vecindario, lo consideró “sospechoso”, lo persiguió en contra de la recomendación de la policía y en el fragor de la pelea le disparó. Sin embargo, el jurado consideró que Zimmerman actuó en legítima defensa al considerar su vida amenazada. Obama se pronunció a favor de revisar las leyes estatales que son demasiado laxas con el principio de autodefensa y que en el caso de Martin, derivaron en la liberación de su asesino. Ello, porque en Florida, la polémica ley “Stand Your Ground” (Defiende tu posición) permite a una persona recurrir a la fuerza letal para evitar un grave daño físico.

La inesperada comparecencia del presidente, que sorprendió a los reporteros que cubren la Casa Blanca, tuvo un toque de espontaneidad y excepcionalidad pocas veces vistas durante su presidencia. Los familiares de Martin agradecieron que el presidente se sienta identificado con su hijo. “Los comentarios del presidente nos dan fuerza en este momento. El presidente Obama se ve a sí mismo en Trayvon y se identifica con él. Es un bonito tributo a nuestro niño... Esperemos que su legado haga de nuestras comunidades lugares mejores para las próximas generaciones”, dijeron en un comunicado Sybrina Fulton y Tracy Martin.

“Que un presidente de raza negra haya dado un paso al frente para reflexionar en voz alta sobre un asunto que sigue siendo muy polémico y pone en duda el carácter post racial de EU, es todo un acontecimiento”, consideró a su vez la analista Gloria Borger.

Activistas convocaron para hoy a vigilias y manifestaciones en más de 100 ciudades del país para reclamar al Departamento de Justicia que reabra el caso. (Con información de agencias)