BOSTON (Reuters y EFE).— El acusado de poner bombas en el Maratón de Boston, Dzhokhar Tsarnaev, se declaró inocente de cometer el peor ataque masivo en Estados Unidos desde el 11 de septiembre del 2001, un crimen que podría acarrearle la pena de muerte.

El checheno de 19 años habló claramente en la corte y declaró siete veces que no era culpable de la muerte de tres personas en el maratón —donde resultaron heridas 264— al hacer estallar bombas de elaboración casera, fabricadas con su hermano mayor Tamerlán, el 15 de abril y de luego matar a tiros a un oficial de la policía universitaria.

Ese tiroteo y una posterior balacera con la policía en el suburbio de Watertown, Massachusetts, acabaron con la muerte de Tamerlán Tsarnaev, de 26 años. Y llevaron a cerrar durante un día la mayor parte de Boston mientras la policía buscaba a Dzhokhar, que fue hallado con graves heridas escondido en un bote en un patio trasero.

La aparición pública de Tsarnaev fue la primera desde su arresto el 19 de abril. Se presentó ante la corte vestido con el traje naranja de prisión, su pelo largo despeinado y su brazo izquierdo con un yeso. Durante la breve audiencia, que se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad, se frotó repetidas veces la barbilla y la boca con la mano sana.

Unas 30 víctimas del atentado y familiares de los muertos o heridos estuvieron presentes en la sala para la también primera comparecencia jurídica del presunto autor del ataque.

“No parecía muy conmovido por esto. No parecía ni un poquito afectado, pero no sé leer la mente”, dijo John DiFava, jefe del departamento de policía del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que asistió al proceso.

Cuando Tsarnaev fue sacado de la sala, lanzó un beso hacia unas mujeres que se cree son sus hermanas.

El mayor desafío para la abogada de Tsarnaev, la defensora pública Miriam Conrad, será evitar que lo sentencien a la pena capital, según observadores. Un total de 17 de los cargos que enfrenta Dzhokhar están castigados con penas máximas de cadena perpetua o pena de muerte.

Unos pocos simpatizantes de Tsarnaev se encontraban fuera de los tribunales y otros asistieron al proceso. “Fue un poco triste, pero Dzhokhar y yo tenemos fe en Alá”, dijo una de ellos, Mary Churbuck, que llevaba una camiseta que decía “Liberen al león” con la foto de Tsarnaev. Según ella, no hay pruebas de que él sea culpable.

Los fiscales dijeron que el gobierno planeaba llamar entre 80 y 100 testigos y que el juicio probablemente duraría de tres a cuatro meses. La fecha para la próxima audiencia fue fijada para el 23 de septiembre.