WASHINGTON.— Estados Unidos aseguró ayer que “no hay duda” de que el régimen sirio de Bashar al-Assad usó armas químicas contra su población y consideró que este “acto de obscenidad moral” no puede quedar sin castigo, en la misma jornada en la que especialistas químicos de la ONU efectuaron una accidentada visita a la población de Muadamiya, en la periferia de Damasco, y recogieron restos del supuesto ataque con armas químicas denunciado por la oposición siria el miércoles pasado.

En un pronunciamiento lo más parecido a un anticipo de intervención militar en Siria, el secretario de Estado de EU, John Kerry, se encargó ayer de acusar a Siria de haber cruzado la línea con la matanza de hombres, mujeres y niños que fueron ejecutados mientras dormían, presuntamente con armamento químico.

El 21 de agosto, la Coalición Nacional Siria denunció que al menos 1,300 personas fallecieron en un ataque químico del régimen, aunque Médicos Sin Fronteras confirmó sólo 355 muertos con síntomas neurotóxicos.

“Los testimonios de distintas organizaciones, como Médicos Sin Fronteras y el recuento de nuestras propias agencias de inteligencia hablan de una elevada cantidad de víctimas inocentes que hemos visto sufriendo en los últimos días en una perturbadora sucesión de imágenes”, aseguró Kerry. “Estas imágenes han sacudido la conciencia internacional y no podemos permanecer impasibles... El régimen sirio es el único que ha mantenido la custodia del arsenal químico. Y sólo el ejército puede hacer uso de él”, dijo Kerry haciendo de lado toda envoltura diplomática y confirmando la noción de que la cuenta regresiva de una intervención militar ha comenzado.

“La matanza indiscriminada de civiles (...) con armas químicas es una obscenidad moral. Bajo cualquier estándar, es inexcusable, y pese a las excusas y equívocos que algunos han fabricado, es innegable”, dijo Kerry, que precisó que Damasco deberá rendir cuentas por ello.

Fuentes del Departamento de Estado confirmaron ayer, mientras Kerry presentaba el caso contra el régimen de Bashar al-Assad, que EU ya trabaja con sus aliados europeos sobre la “justificación legal” de una intervención que, a tenor del mensaje de Kerry, estará sustentada en el terreno de los derechos humanos.

Jay Carney, vocero de la Casa Blanca, dijo que EU estudia “una respuesta al claro uso, a una gran escala y con resultados repugnantes, de armas químicas” por el régimen sirio.

Tras cinco años de esfuerzos para retirar a EU de dos guerras abiertas en Irak y Afganistán, el presidente Barack Obama se enfrenta a la más difícil decisión de su presidencia: autorizar la posible intervención militar en Siria con un reducido apoyo internacional. Analistas y expertos advierten que si EU se deja arrastrar a un nuevo conflicto, el precio podría ser muy alto.

En este contexto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, renovó su apuesta por una solución “negociada”, al tiempo que el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo que Reino Unido “no va a descartar nada”, incluida una reacción sin contar con el apoyo unánime de la ONU, y el presidente de Francia, Francois Hollande, dijo que “todo se va a decidir esta semana”.

El convoy de expertos de la ONU que investigan el ataque con armas químicas fue ayer blanco de disparos, de cuya autoría el régimen sirio y los opositores se acusaron mutuamente. Finalmente pudo llegar a la zona de Guta, bajo control de los rebeldes para realizar su pesquisa. En un comunicado, Ban Ki-moon informó que los expertos visitaron dos hospitales y pudieron entrevistar a testigos, supervivientes y médicos, y recoger algunas muestras. Dijo que presentará una queja “contundente” al régimen sirio y a la oposición tras el ataque contra el convoy. (Con información de agencias)