WASHINGTON.— Tras una persecución que desató escenas de pánico en las inmediaciones del Capitolio, y dejó tras de sí muchas dudas sobre la proporción y contundencia del operativo, la policía consiguió ayer interceptar a una mujer que tripulaba un automóvil y que al final fue abatida por agentes que le dispararon en repetidas ocasiones y sin que ella respondiera al fuego.

En medio de esta tragedia inexplicable, la policía metropolitana se apresuró a descartar que se tratara de un atentado terrorista y dijo que el incidente fue de carácter aislado. La policía confirmó el fallecimiento de la mujer, pero no dio más detalles.

Lo que en principio parecía un intercambio de disparos entre la policía y uno o varios francotiradores, se convirtió en una persecución de al menos seis unidades policiales contra una mujer que huía de la policía a bordo de un automóvil Acura de color negro con cristales polarizados.

Según la policía, la mujer realizó maniobras extrañas y se negó a obedecer una orden de alto. La mujer, que fue interceptada tras chocar con una patrulla, viajaba con una niña de dos o tres años que fue inmediatamente recuperada de la escena por elementos de la policía. Un oficial resultó herido en el choque.

La versión ofrecida por el servicio secreto estableció que la mujer trató de traspasar una barrera de control de seguridad cerca de la Casa Blanca. A partir de este punto, por razones que aún no han sido esclarecidas, la mujer se negó a bajar su ventanilla o abrir la puerta del coche y emprendió una huida a toda velocidad en dirección al Capitolio.

El tiroteo se produjo en el ala oeste, donde se encuentran las oficinas del Senado. La mujer, que fue trasladada a un hospital, no hizo ningún disparo y no se le encontró ningún tipo de arma. Las dudas sobre la actuación de la policía podrían obligarla a realizar una investigación interna.

El operativo desató una intensa movilización policial en la zona y obligó la policía del Congreso a ordenar a los legisladores s a ponerse a buen resguardo. Unidades de intervención rápida hicieron acto de presencia en una zona repleta de ambulancias, patrullas y oficiales del FBI.

El tiroteo se produjo mientras cientos de congresistas se reunían en el Congreso para tratar de poner fin al cierre del gobierno. Pese a dicho cierre, Washington ha recibido fondos que le permitan garantizar la seguridad del Congreso, la Casa Blanca y un centenar de edificios públicos de vital importancia.