Papa Francisco pide por la paz en el mundo
Video. Francisco dedicó la tradicional bendición Urbi et Orbi a todos lugares del planeta azotados por la violencia y los desastres naturales
DEBUT. El papa Francisco pronunció ayer su primer mensaje "Urbi et Orbi" (para la ciudad y el mundo), desde el balcón central de la Basílica de san Pedro. (Foto: AP )
CIUDAD DEL VATICANO.— El papa Francisco pronunció ayer su primer mensaje de Navidad, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, que precedió su también primera bendición Urbi et Orbi (para la ciudad y el mundo).
“La paz verdadera no puede basarse en un equilibrio entre fuerzas contrarias, no puede ser una bella fachada detrás de la cual se esconden contrastes y divisiones”, porque “la paz es un empeño de todos los días”, dijo enfáticamente el Papa.
En su pacifista mensaje navideño, que fue seguido al menos por cien mil fieles en la explanada vaticana y por millones a través de las televisiones de todo el mundo, el primer Papa latinoamericano recordó que “el conflicto en Siria (donde la oposición reporta que bombardeos del gobierno han dejado 400 muertos en 10 días en Aleppo, entre ellos más de 100 niños) ha destruido ya demasiadas vidas y fomentado el odio y la venganza”, razón por la cual pidió a todos los católicos seguir orando para evitar “nuevos sufrimientos al pueblo sirio” y hacer que “las partes en conflicto pongan fin a todo tipo de violencia y aseguren (a los afectados por esta guerra) el acceso a las ayudas humanitarias”.
Francisco se dijo feliz de que a esta imploración por la paz en Siria también se hayan unido creyentes de otras confesiones religiosas, porque “debemos tener el valor de decir: Señor, dona la paz a Siria y al mundo entero”, dijo para después invitar también a los no creyentes a orar por la paz.
Junto con su invocación al “príncipe del la paz”, para que transforme “el corazón de los violentos, los haga deponer las armas y los ayude a emprender la vía del diálogo”, el Pontífice también pidió paz para la República Centroafricana, “muy a menudo olvidada por los hombres, desmembrada por una espiral de violencia y de miseria y en donde tantas personas carecen de casa, agua y comida, así como del mínimo para poder vivir”.
En el mismo contexto pidió favorecer la concordia en Sudán del Sur, “donde las tensiones han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado”; a Nigeria, “lacerada por continuos ataques que afectan a inocentes e indefensos”; y a los países del Cuerno de África y a la República Democrática del Congo para que “resuelvan el problema de los refugiados”.
Para éstos y los migrantes de todo el mundo pidió esperanza, confort y ayudas concretas a fin de que puedan tener una vida digna y para que no se repitan “tragedias como la de Lampedusa, con tantos muertos, que no deben suceder nunca jamás”, dijo no sin antes solicitar también protección para los cristianos que son perseguidos.
Con este último llamado, el Papa quiso seguramente recordar la masacre de ayer en Bagdad, donde 35 personas perdieron la vida en un atentado en un mercado localizado en la zona habitada por parte de la comunidad cristiano-iraquí que, según monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad de los Caldeos, “no tenía como objetivo directo a los cristianos”.