WASHINGTON.— Demócratas y republicanos alcanzaron ayer un principio de acuerdo presupuestario que alejará durante dos años la amenaza de un nuevo cierre de gobierno y supondrá un momentáneo cese de hostilidades en el inicio de un año marcado por las elecciones legislativas de medio término.

El pacto, que deberá sortear el voto de las dos cámaras, contempla un presupuesto por 85 mil millones de dólares que permitirán mantener en funciones a la administración.

No hubo vencedores ni vencidos en la negociación, pues nadie consiguió arrancar o imponer la totalidad de sus exigencias.

Apenas concretarse los términos del acuerdo, legisladores de ambos partidos coincidieron en señalar que aunque se trata de un logro modesto, es el comienzo de negociaciones en la dirección correcta.

“El acuerdo parece una buena medida para evitar otra pelea al borde del abismo”, consideró el demócrata por California Adam Schiff, en alusión a las batallas que han colocado al país al borde de un nuevo descalabro en momentos en que la economía comienza a levantar cabeza.

Desde el Air Force One que lo traía de regreso a Washington tras su viaje a Sudáfrica, el presidente Barack Obama saludó el acuerdo, que definió como un “logro bipartidista en la dirección indicada”.

En una improvisada rueda de prensa, al presentar el acuerdo, el republicano por Michigan, Paul Ryan, aseguró que con este acuerdo no se producirá ninguna alza de impuestos y se reducirá en 23 mil millones el déficit presupuestario.

El presupuesto acordado contempla recortes al presupuesto militar y al sistema de Medicare. También dispone el aumento del presupuesto militar doméstico y del gobierno para los próximos dos años.