JOHANNESBURGO/LA HABANA (Agencias).— Un gesto inédito en casa del icono de la reconciliación: Barack Obama se acercó ayer en el funeral de Nelson Mandela a estrechar por primera vez la mano de Raúl Castro, en una imagen no vista en décadas entre presidentes de Estados Unidos y Cuba.

La imagen dio la vuelta al mundo. Fue un saludo breve —seis segundos— pero cortés y de enorme simbolismo. Obama tendió la mano a Castro mientras se dirigía al estrado para pronunciar su discurso en homenaje a Mandela. El hermano menor de Fidel Castro aceptó el saludo y le sonrió. Ambos intercambiaron unas palabras.

Tanto la Casa Blanca como Castro restaron después importancia a lo ocurrido. Fue un “encuentro no planeado de antemano”, dijo un alto funcionario estadounidense a la cadena CNN. “Normal, somos personas civilizadas”, comentó Castro a la estación de radio colombiana La Fm. Sobre el impacto que causó la foto, Castro señaló: “Me han dicho algo de eso”, pero añadió: “Somos personas civilizadas, si lees mi discurso, obedece a eso”.

El funcionario del gobierno de EU insistió a su vez en que “antes que nada, de lo que se trata es de honrar a Nelson Mandela y ese fue el único interés del presidente en el funeral”.

Recordó que, durante su discurso, Obama urgió a los demás gobernantes del mundo a “honrar la lucha por la libertad de Mandela respetando los derechos humanos básicos de sus pueblos”.

Pese a ello, el ex presidente estadounidense y también asistente a la ceremonia en Johannesburgo Jimmy Carter se mostró optimista por el gesto, que en entrevista con la cadena CNN calificó de “significativo”. Manifestó su esperanza de que el saludo entre Obama y Castro abra el camino a futuros gestos entre estos dos países, que rompieron vínculos diplomáticos hace más de medio siglo, tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro, y que mantienen una enconada enemistad ideológica desde entonces. “Espero que sea un presagio de cara al futuro”, añadió.

Por el contrario, la congresista republicana estadounidense —y reconocida anticastrista— Ileana Ros-Lehtinen cuestionó duramente un gesto que, afirmó, supone un “golpe de propaganda para el tirano” Castro. “A veces, un apretón de manos no es más que un apretón de manos”, dijo la congresista de origen cubano durante una audiencia con el secretario de Estado, John Kerry, sobre Irán. Kerry se limitó a decir que Obama “no pudo elegir quién estaba allí, (todos) estaban para honrar a Mandela”.

El senador republicano John McCain advirtió que gestos como éste “no hacen más que darle a Raúl propaganda que permite apuntalar su régimen dictatorial”.

Al exilio cubano en Miami tampoco le gustó el saludo. “Da tristeza que Obama le de la mano a un dictador (Raúl Castro) que tiene la suya embarrada de sangre”, dijo Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.

Phil Peters, del Cuba Research Center en Washington, dijo que “lo que importa” no son los gestos, sino “si Obama conducirá las relaciones (con Cuba) como lo hace con todos los demás países que tienen sistemas políticos diferentes. Eso requiere una decisión, no un apretón de manos”.