WASHINGTON.— En una decisión que confirma el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia por el caso Snowden, la Casa Blanca anunció ayer la cancelación del esperado encuentro entre el presidente Barack Obama y el líder ruso, Vladimir Putin, en Moscú en septiembre.

El presidente acudirá al encuentro del G-20 en San Petersburgo, pero su negativa a reunirse con Putin habla de un ambiente de rescoldo por los años de la Guerra Fría y la frustración y el mal sabor de boca que aún tiene Obama tras la decisión de Rusia de concederle asilo al ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Edward Snowden, que reveló al mundo el programa secreto de espionaje de EU.

“Después de una cuidadosa revisión que comenzó en julio, hemos llegado a la conclusión de que no hay suficiente progreso reciente en nuestra agenda bilateral como para celebrar la cumbre EU-Rusia a comienzos de septiembre”, aseguró en un comunicado la Casa Blanca en alusión al rosario de desencuentros que pasan por el control de armas, misiles, derechos humanos y comercio.

“La decisión de Rusia de otorgar asilo temporal a Snowden fue un factor que se consideró en la evaluación de la situación actual de nuestra relación bilateral”, admitió la Casa Blanca.

El Kremlin manifestó su “decepción” por la decisión de Obama, aunque añadió que la invitación seguía en pie. “Esta claro que esto está relacionada con una situación que nosotros no hemos creado”, aseguró Yuri Ushakov, consejero del presidente Putin.

Un paso atrás

Mientras, en Estados Unidos, expertos evaluaban ayer el alcance de los daños que ha traído consigo en asunto Snowden: “Si Vladimir Putin tomó esta decisión, lo hizo a sabiendas de que iba a ocasionar un paso atrás en las relaciones. Al parecer esta decisión la tomó pensando que le favorecía más políticamente en el frente doméstico”, consideró la especialista de la Universidad de Georgetown, Angela Stent.

Para otros especialistas, el desplante de Obama hacia Putin es una forma de represalia pero, también, de salvar la cara ante la opinión pública y la clase política estadounidenses, que le exigía no sólo cancelar la reunión con Putin, sino cambiar la sede de la cumbre del G-20 en San Petersburgo los próximos 5 y 6 de septiembre.

Los expertos coinciden en que Rusia y EU no llegarán al extremo de romper el diálogo y la negociación porque están condenados a entenderse bajo la lógica de “ni contigo, ni sin ti”.

“Cuando se trata de temas como proliferación nuclear o relanzamiento de las relaciones comerciales, la sintonía entre ambos países es buena. Pero cuando se trata de casos como Siria o derechos humanos, la situación se complica y las relaciones se tensan. Pero ambas naciones saben que se necesitan y por ello mantendrán abierta la vía de diálogo”, consideró Steven Pifer, del Brookings Institution.

Precisamente, a pesar del plantón que Obama le dará a Putin en Moscú, los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos, John Kerry y Chuck Hagel, recibirán este viernes a sus contrapartes rusas para abordar una compleja agenda de asuntos pendientes.

“Estos encuentros tendrán lugar en el Departamento de Estado y, como es de esperar, el caso de Edward Snowden podría incluirse, pero no es seguro. No forma parte de los grandes temas”, aseguró ayer la portavoz del Departamento de Estado, al señalar que otros asuntos pendientes son las negociaciones para la paz en Siria y la situación de los derechos humanos en Rusia.