WASHINGTON.— Janet Napolitano, responsable de elevar a niveles sin precedentes la seguridad de la frontera con México, anunció ayer su renuncia como secretaria de Seguridad Nacional. Su partida, en medio de un agrio debate a favor y en contra de una reforma migratoria, se produce luego de una larga y difícil batalla contra quienes siempre le reclamaron por la inseguridad fronteriza.

Ello, a pesar de que el final de su etapa como titular del DHS deja tras de sí uno de los más ambiciosos procesos de reforzamiento en la frontera con México, con más de 21 mil agentes de la patrulla fronteriza, con niveles de detenciones sin precedentes en los últimos 40 años y un presupuesto anual superior a los 18 mil millones de dólares.

Pero, además, con un histórico récord de redadas y deportaciones de inmigrantes indocumentados que superaron el millón y medio, un nivel sin precedentes desde la década de los 30.

Tras la partida de Napolitano, en septiembre próximo, asumirá el cargo con carácter interino el ex jefe del Servicio de Inmigración y Ciudadanía, Alejandro Mayorkas. “Gracias a Janet Napolitano, el pueblo estadounidense se encuentra hoy más seguro que nunca”, aseguró ayer el presidente Barack Obama en una nota de despedida hacia una de sus más leales y cercanas colaboradoras.

“Durante mucho tiempo, conté con el apoyo y el consejo de Janet. Pero también su amistad”, añadió el presidente al desearle buena suerte como próxima presidenta del sistema universitario de California, un conglomerado de más de 10 campus universitarios, una población de 224 mil estudiantes y un presupuesto superior a los 24 mil millones de dólares.

Nada que ver con los dominios del DHS, la tercera agencia federal en importancia en Estados Unidos con más de 240 mil empleados, 22 agencias y direcciones generales y un presupuesto superior a los 60 mil millones de dólares al año.

A pesar de la labor desarrollada por Napolitano al frente del DHS, no pocos republicanos la desestimaron mientras insisten en que la frontera con México sigue siendo insegura.

Entre ellos, un grupo de senadores demócratas y republicanos que, apenas el pasado mes de junio, consiguieron pactar el más ambicioso proyecto para militarizar la frontera con la contratación de hasta 40 mil agentes de la patrulla fronteriza y la inversión de 46 mil 300 millones de dólares para renovar aviones, helicópteros y aeronaves no tripuladas o drones.

Tras el anuncio de su renuncia, viejos adversarios políticos como el senador republicano John McCain reconocieron el legado de Napolitano.