EL CAIRO (Agencias).— El depuesto líder egipcio Mohamed Mursi adoptó ayer un tono desafiante en el primer día del juicio en su contra, al gritar: “Abajo con el gobierno militar" y decir que es el único presidente “legítimo” del país. El juicio fue aplazado por el tribunal hasta el 8 de enero, tan sólo unas horas después de que el proceso diera comienzo en la Academia de Policía cercana a El Cairo.

“Soy el presidente legítimo de Egipto y pido al tribunal que ponga fin a esta farsa”, dijo Mursi, acusado de incitación al asesinato de manifestantes, a quien se vio por primera vez en público tras haber sido derrocado el pasado 3 de julio por el Ejército.

Mursi había permanecido detenido en un lugar desconocido desde el golpe militar que acabó con su gobierno, en medio de multitudinarias protestas de la oposición contra controvertidos decretos con los que intentó blindar sus competencias.

Ayer, el ex mandatario islamista reapareció aparentemente en buen estado de salud y fue recibido con aplausos por el resto de acusados en el juicio cuando entró en la jaula de procesados. “No puedo aceptar que la noble Justicia participe en este golpe”, afirmó Mursi, que compareció vestido con traje negro y camisa azul, negándose a vestir el uniforme blanco de los detenidos en prisión preventiva. El ex mandatario debe responder por la muerte de 13 manifestantes el pasado mes de diciembre y podría ser condenado a cadena perpetua o a pena de muerte.

“Este no es un tribunal válido para juzgar al presidente de la república (...) El líder del golpe debería enfrentarse a un juicio”, afirmó Mursi en referencia al jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fattah al Sissi, quien lideró el golpe que acabó con su gobierno.

“Abajo con el poder militar”, gritaron por su parte durante el inicio del proceso varios de los otros funcionarios acusados. Según la televisión estatal, que no retransmitió en directo el juicio, los abogados defensores y algunos de los presentes en la sala llegaron a las manos.

Tras el aplazamiento del proceso, Mursi fue llevado en helicóptero a la prisión de Borg al Arab, cerca de Alejandría. El esperado inicio del juicio se vio rodeado de fuertes medidas de seguridad, que se extendieron a amplias partes del país.

En las inmediaciones de la Academia de Policía, donde también se realiza el nuevo juicio al derrocado Hosni Mubarak, se desplegaron cientos de policías y vehículos especiales.

Cientos de seguidores de los Hermanos Musulmanes, formación de la que procede Mursi, se manifestaron por mañana frente a la Academia de Policía. Los manifestantes atacaron a periodistas que cubrían el juicio, entre ellos reporteros de la tv estatal y de Al Arabiya. Las fuerzas de seguridad dispersaron con gases lacrimógenos a quienes impedían el paso en la entrada de la academia policial, mientras se registraron choques en el centro de la capital. Las fuerzas del orden acordonaron la plaza de Tahrir, núcleo de la revolución.